Los hinchas viven intensamente el final de temporada

Con la victoria del Real Madrid, conquistando la undécima Champions, se pone fin a la temporada de fútbol en Europa. El equipo madrileño ha conseguido un nuevo récord al hacerse con «la undécima» y amplía su ventaja sobre el segundo equipo más lauredado del continente el Milan, que tiene 7 Copas de Europa. El Madrid ha conseguido la «orejona» los años 1956, 57, 58, 59 y 60, 1966, 1998, 2000, 2002, 2014 y 2016. También tiene dos Copas de la UEFA (1985 y 1986) y dos Supercopas de Europa (2002 y 2014). El Atlético de Madrid, ha perdido su tercera final de la Champions, aunque en los últimos años ha conseguido una Europa League (2012) y la Supercopa de Europa (2013).

En el otro gran premio del fútbol europeo, la Europa League, otro equipo español, el Sevilla consiguió por el trofeo por tercera vez consecutiva, al vencer al Liverpool (3-1). Ambos equipos, Real Madrid y Sevilla, disputarán el 9 de agosto la Supercopa de Europa. Será en la ciudad noruega de Trondheim, reeditando el duelo de 2014, cuando ganó el Madrid por 2-0.

Pero además de jugadores y entrenadores, sin duda los grandes protagonistas del fútbol son los millones de aficionados que sufren y disfrutan con sus equipos. Anoche las dos aficiones de los dos archienemigos equipos madrileños vivieron la final sentimientos muy dispares: unos alcanzaron la gloria y otros la desesperación. Pero todos vibraron con el partido.

La obsesiva vida diaria de los hinchas

Seguidores de equipos grandes o pequeños, el final de temporada es el momento de máxima tensión de los seguidores. El forofo «sufre por igual tanto si su equipo está en primera o juega en regional. Incluso llega a padecer insomnio, estrés o ansiedad. Y ya está pensando en la pretemporada y los amistosos del verano. Su vida gira alrededor del fútbol«.

«Viven obsesionados por un equipo concreto y siguen los avatares de su club en todas las competiciones en las que participa». En sus casas «se hacen los dueños de la televisión y sólo buscan aquellos canales en los que se emiten partidos de su deporte favorito». Sus familiares «han de soportar su estado de ánimo y se ven obligados a programar cualquier actividad familiar dependiendo del calendario de un equipo». Han puesto «todas sus aspiraciones en su club y esperan de él y de sus jugadores, ese minuto de gloria tan difícil de alcanzar en la vida diaria».

Unos sueñan con triunfos internacionales y otros simplemente aspiran a no desaparecer.