En nuestras sociedades los teléfonos móviles se consideran todavía un símbolo de lujo y a muchas personas les llama la atención que emigrantes, refugiados y personas sin recursos tengan en sus manos uno de ellos. En los países en desarrollo el móvil, más barato, ha hecho innecesario instalar una red de telefonía fija. Además se ha convertido en un servicio básico imprescindible tras un desastre natural o cualquier accidente.
Por Ángela Gonzalo
La misma angustia que hemos visto entre los familiares europeos que tenían a un allegado en la zona del terremoto, han sufrido millones de personas en Nepal, que intentaban ponerse en contacto con sus parientes para saber si se encontraban bien, en un hospital… o en la morgue. Extranjeros y nacionales intentaban contactar inútilmente con sus parientes. Resultaba complicado porque las comunicaciones habían quedado practicamente inservibles. Restablecer el servicio era vital no solo para ellos sino también para los equipos de rescate. Había que ponerse en contacto con las autoridades locales de las zonas afectadas para poder acelerar la llegada de ayuda.
ACNUR,el Alto Comisionado de Naciones para los Refugiados, la primera agencia que pudo repartir ayuda humanitaria, envió a las zonas afectadas tiendas de campaña, lámparas solares y generadores para poder producir electricidad y recargar los móviles. Contactar con sus allegados reduce de manera importante la angustia de los damnificados. Como ellos miles de turistas y alpinistas necesitaban comunicarse con sus familiares en Europa, o con los consulados de sus países.
Voluntarios de la empresa Ericsson han desplegado a petición de la ONU, una red de internet móvil de emergencia para, entre otras misiones, apoyar a las dotaciones de rescate desplegadas en la zona. Google, que ha perdido a uno de sus directivos en el campamento base del Everest, puso inmediatamente en marcha un buscador de personas igual que el Comité Internacional de Cruz Roja, que ya lo hizo con los damnificados del tifón Hayán.
Las redes sociales también han sido muy importantes para los implicados en el seísmo. Desde Europa se lanzaban mensajes en Facebook o Twitter. «Busco a mi hermana, hacía trek por el Anapurna», se leía en un mensaje, «Busco a mi hija de 28 años, estaba en Langtang», colgaba otro familiar. Centenares de mensajes similares corrían por internet desde todos los continentes. En medio del caos, la red se ha mostrado más rápida que las instituciones, que ralentizan todo por los protocolos establecidos en estos casos, tanto por el gobierno local, como por las embajadas. El viernes, 4 días más tarde del terremoto, las autoridades europeas reconocían que no habían localizado a 1.000 europeos, una cifra que bajó en las horas siguientes, porque muchos habían conseguido salir del país por lugares no controlados.
La web, Family Links, recibió más de un millón de visitas en tres días y 1.700 peticiones de ayuda. Durante esos días la página se tradujo también al nepalí. Por medio de ellos se ha localizado a 325 personas. En el grupo «Lantang Missing/Found People«, de Facebook casi 2.000 personas compartieron fotos de desaparecidos, centros de búsqueda y otros recursos para localizar a personas, tanto nacionales como extranjeras. Personas que estaban en Langtang, se hicieron con la lista de ingresados en los hospitales, fotografiaron los datos y los colgaron en internet.
La situación en Nepal, 9 días después del terremoto, sigue siendo un caos, y la ayuda humanitaria llega con mucha dificultad. ACNUR que ya ha repartido 10.000 tiendas, además de 4.000 lámparas solares y generadores de luz, tiene previsto otro envío desde sus almacenes del Golfo. Fue la más rápida en ofrecer el material, porque tiene capacidad para atender urgentemente, en 72 horas, a medio millón de personas en cualquier lugar del mundo y porque tiene almacenes de distribución de ayuda humanitaria en el este de Nepal, eso además les evitó los problemas de logística del caótico aeropuerto de Katmandú.
Una de las prioridades ahora no solo es alimentar a los damnificados sino también evitar la propagación de epidemias, por eso se ha iniciado una campaña de vacunación masiva de niños. Según el jefe de operaciones de la OMS, «esta situación de carencia de agua, sistemas de saneamiento y de sanidad colapsados y mucha población desplazada, facilita el contagio de enfermedades».
Una vez se han dado por finalizadas las tareas de búsqueda de supervivientes, se refuerzan las tareas de reconstrucción . Se calcula que podría costar unos 5.000 millones de dólares, casi el 20% del PIB. También hay que internar recupera el patrimonio histórico destruido, con un gran atractivo turístico y fuente importante de los ingresos del país. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se ha mostrado optimista sobre la reconstrucción del patrimonio destruido en Nepal por el seísmo, aunque se tardará diez años en hacerlo y varias décadas en recuperarlo del todo. Su representante en Katmandú, Christian Manhart, ha explicado que se han recuperado en buen estado, numerosas esculturas y vigas de madera esculpidas.
Fotografías de ©ACNUR y ©WFP2015