Federica Mogherini, no llegó en el mejor momento ni para la UE, ni para Serbia. Pero en el parlamento de Belgrado habló de los problemas de ambas partes, muy diplomática, aunque sin tocar ningún tema polémico. La UE debate actualmente su futuro y Serbia está inmersa en elecciones presidenciales. En su gira por los Balcanes, este viernes, la política italiana tuvo que hacer frente a una inesperada, incómoda y molesta situación.
La Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad se disponía a intervenir en el hemiciclo, cuando unos 4 diputados prorrusos mostraron pancartas contra el ingreso de su país en el club de los 27, en las que se leía «Serbia no confía en Bruselas» y gritaban «Serbia y Rusia no necesitan a la Unión Europea». A pesar de la presión de este grupo de miembros de la oposición, las palabras de la Alta Representante recibieron una gran ovación por parte del resto de diputados.
Contrariada, Mogherini se mostró firme en su discurso, que duró unos 20 minutos. No solo eso, sino que su equipo lo colgó en la web del Servicio de Acción Externa de la UE. En mitad de su exposición y ante la insistencia de los silbidos y cánticos, Mogherini no se amilanó y alertó que «mi discurso es largo, así que prepárense».
La jefa de la diplomacia europea habló de la situación política en la región mediterránea, destacando que Belgrado desempeña un papel importante para el mantenimiento de la paz en la zona y subrayando que «la UE nunca estará completa sin la presencia de Serbia y del resto de países de los Balcanes» en las instituciones europeas. La política italiana, destacó el trabajo realizado por el gobierno de Belgrado para poder cumplir los requisitos de Bruselas antes de su ingreso (es candidato desde el 1 de marzo de 2012 y a finales de 2015 inició su proceso de adhesión).
También se refirió a la difícil situación que vive el club europeo, ante la salida del Reino Unido y las tensiones en la región. «Vivimos en un mundo frágil, en constante evolución, mientras cambia el equilibrio global de poder- a veces ni siquiera está claro dónde está el verdadero poder-. La presión sobre esta frágil región está creciendo. La paz en sí misma no puede darse por sentado. La estabilidad hoy requiere una mayor inversión de todos nosotros. Porque sin paz y sin reconciliación, el progreso está en riesgo, en primer lugar en el campo de la economía».
La visita de la representante europea a Serbia tuvo lugar unas horas de que se inicie la campaña electoral para las presidenciales del 2 de abril, en las que aparece como favorito el proeuropeo, Aleksandar Vucic, actual primer ministro. Este antiguo ultranacionalista convertido en fervoroso europeísta cuenta con el respaldo del partido socialista, su actual socio en el ejecutivo. También ha anunciado su candidatura Vojislav Seselj, que hace un año fue absuelto de cargos de crímenes de guerra y lesa humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia.
Serbia no fue el único escollo en la visita de Mogherini a los Balcanes, cuyos gobiernos continúan implementando los acuerdos para ingresar en la UE, pero que vive en una situación política permanentemente tensionada. En Sarajevo le han pedido que se revisen las sentencias absolutorias de La Haya sobre Serbia, Macedonia vive su enésima crisis política y Montenegro acaba de recibir una reducción drástica del Fondo Monetario Internacional. La propia Mogherini ha reconocido ante la prensa que «la situación en los Balcanes occidentales es tensa y expuesta a los retos internos, regionales y globales», y ha señalado que es necesaria una UE fuerte y creíble para apoyar la integración de la región.