4D infonet



                                                    twitter facebook youtube flickr

Monasterio de Uclés, convertido en nao magallánica

El monasterio de Uclés celebra este año varios acontecimientos relacionados con el quinto centenario de la Primera vuelta al mundo. Fernando Magallanes, el hombre que lideró la expedición, fue nombrado Comendador de la Orden de Santiago, y esta orden religioso-militar tiene su sede en este histórico edificio de la provincia de Cuenca. En la antesala del refrectorio se pudo ver la exposición El Viaje a la Especiería de Magallanes y Elcano y la conferencia Elcano: la conversación que nunca existió, que sirvió de desagravio a la figura del marinero vasco, que finalizó aquella gesta.

Pero el acto más importante se celebra durante dos fines de semana de noviembre. El 17/22/23/24, con el espectáculo «Caballeros en el mar». Un relato de la aventura de más de 200 marineros a lo largo de tres años y que mezcla la dramatización, la música y la literatura, para envolver al espectador en una gesta tradicionalmente poco valorada a pesar del árduo esfuerzo que supuso para toda la expedición. Casi todos murieron por hambre y escorbuto.

El texto recitado recoge información de dos libros: Relación del primer viaje en torno al globo, basado en el diario del cronista italiano, Antonio de Pigafetta y el ensayo Magallanes. El hombre y su gesta de Stefan Zweig. Con esos relatos, Luis Carlos Ortiz ha montado el espectáculo musical y gastronómico «Caballeros en el Mar» que intenta plasmar las sensaciones y vivencias de uno de aquellos marineros o de cualquier marinero que participara en las expediciones de los siglos XVI, cuando surcaban mares y océanos desconocidos.

Foto: Monasterio de Uclés

La Sala Grande del monasterio se convierte en una nave, que traslada por los mares a artistas y público. Pasiones humanas en contextos extremos. A través de la música renacentista, la imagen y la palabra, el espectáculo nos adentra en la nostalgia, el espíritu de aventura, la alegría, la soledad, la gesta, el cansancio, la muerte, el miedo a lo desconocido y el desfallecimiento.

En la cubierta de la nave, en medio del mar, el marinero escribe en su diario sus impresiones y las comparte con el público, mientras a otro lado se hallan los músicos, viajando en la bodega del navío. Sus rostros aparecen y desaparecen y las imágenes surgen hasta el primer plano, convertidos en una ensoñación, un mundo onírico.

Caballeros en la mar, el espectáculo de Luis Carlos Ortiz lleva al espectador al siglo XVI a través de piezas musicales de la corte española de aquella época. Para ello cuenta con un pequeño grupo de cámara que nos remite a los temas que podrían haber escuchado en el barco durante la travesía, con momentos muy intensos y otros marcados por la espiritualidad. Así nos trasladamos a la Sevilla del siglo XVI, Brasil, la Patagonia, Filipinas o las Molucas.

Foto: Inés Tortosa

Andrés Alés, es el encargado de un guión que nos tansmite también otras emociones mediante el diálogo interior o el pensamiento a media voz, transmitiendo las vivencias de los marineros, sus miedos, sus anhelos, sus recuerdos. La ilustradora Ana Yedros, crea un escenario surrealista, indefinido, en un retablo en continuo cambio.

El escenario marino inunda también el claustro alto del monasterio, para convertirlo en la cubierta de un barco que acoge una cena temática. El público, que opte por esta curiosa propuesta, permanece sentado en mesas alargadas, compartiendo el menú como si se tratara de la tripulación de la nave, mientras degustan platos diseñados por un chef de prestigio y acompañado por vinos D.O. Uclés. A través de los diferentes alimentos y condimentos realizan un recorrido geográfico y cultural siguiendo el viaje de la circunnavegación magallánica.

Durante la cena se degustan sardinas ahumadas al horno con jengibre y tocino ibérico, dos tipos de quesos, acompañados con ciruelas pasas y mermelada de manzana y calabaza, lomo de orza con alioli de habitas y bacalao con ahumados y frutos secos.

El plato principal nos permiten descubrir nuevos alimentos y nuevas formas de elaboración como el ceviche de atún rojo, aguacate y crujiente de batata o charlota de manitas de cerdo, nuez moscada, anís estrellado y crema de yuca. Tras el viaje el mundo se ha globalizado y ya es lo mismo vivir en Sevilla o en Filipinas. Los sabores y nuevos aromas transforman los postres de los comensales. En este caso con pudin de té verde y mouse de arroz con leche.

Para sus largas travesías los marineros llevaban vinos españoles, les servían para poder beber cuando el agua se había estropeado con el paso de los días. En la cena del monasterio conquense se saborean los vinos D.O. Uclés, que por supuesto nada tienen que ver con los caldos que bebían aquellos caballeros y marineros que surcaban los mares en los siglos XV, XVI y XVII.

Foto: Monasterio de Uclés

Cena conmemorativa del V Centenario

A los asistentes les esperan varias sorpresas. En primer lugar la espléndida representación musical, y después la puesta en escena de la cena, simulando como deberían comer los marineros durante la travesía. Uno se imagina unos olores mezcla de incienso, de resinas, de madera, de mar, de algas, putrefacción. No esperen encontrar ninguno de esos olores, pero si vale la pena recordarlos para imaginar lo que supuso el largo viaje de tres años.

Las cinco naves se cargaron en el puerto de Sevilla, y lo primero que se trasladó a las naves fueron los vinos de Jerez, porque el vino de la corte estaba lejano. Llevaban una partida de vino nuevo y otra de añejo, porque ya calculaban que al final de la travesía iban a llegar muy asépticos. Pudo ocurrir que el añejo terminara en un incipiente oloroso y el nuevo creara de manera espontánea un velo de flor, inestable, que detuviera su actividad para alcanzar una crianza oxidativa y al llegara al final de la travesía fuera un amontillado.

El menú empieza con cuatro entrantes, varios quesos, pescados en salazón o ahumados, frutos secos y lomo de orza con grasa, maridado con un amontillado. Los organizadores del banquete aciertan con el vino porque ayuda a limpiar el paladar entre bocado y bocado. Su aroma y sabor punzante, armoniza la salinidad con la de los pescados, su untuosidad con los quesos, y sus notas de avellana, con los frutos secos.

También se degusta una sardina ahumada envuelta en tocino, tartar de bacalao con salmón marinado y anchoa, sobre una base de puerro en dulce, pasas y almendra picada.

Foto: Facebook Castillo de Uclés

El encargado de preparar el menú es el dominicano Domingo Sánchez, que presenta un cebiche de atún sobre una crema de aguacate, aromatizada con gengibre. Se marida con un rosado D.O. de Uclés, del año pasado, que ha perdido mucha parte de su carga frutal lo que permite que se exprese el atún, mantiene una frescura que armoniza con los cítricos del cebiche y gengibre y además tiene mucho volumen que le permite arropar todas esas acidez y hacerlo más fácil al paladar.

Domingo, que está a punto de abrir el restaurante «Casa palacio» en una casa rural del siglo XVI en el municipio de Uclés,con 3 habitaciones y 2 suites, apuesta siempre por una cocina de fusión. Mezcla mar y montaña, dulce con salado, y sus platos siempre tienen mucha fruta -aunque él cree que a veces abusa-. Para esta ocasión se ha escogido productos principales de todos los que los marineros pudieron consumir durante el viaje. Una elección que viene dada porque considera que, muchos productos no se conocen y Martínez escoge los que más se destacan, principalmente especias como nuez moscada, canela, pimienta y anís estrellado, que aparece en varios platos.

El tempranillo crianza Quinta de 2016, de Bodegas Fontana resalta, en la primera franja olfativa, los aromas primarios de una fruta que no es ácida ni negra acompotada, pero que tiene la acidez de la fruta roja y la madurez de la negra. La acidez permite aligerar unas manitas de cerdo y la contundencia de la crema de yuca del plato. Una apuesta arriesgada pero muy apetecible. En la segunda franja olfativa, aparecen las especias originada de la crianza en barrica, tiene nuez moscada aunque no anís estrellado, pero por mimetismo con el plato aparece el anís estrellado.

De postre, un pudin de té verde, acompañado de una mousse de arroz con leche, aromatizada con nuez moscada y clavo a la que se añade piña y boniato, maridado con un ron miel, D.O. geográfica específica Arehucas de la isla de Gran Canaria. La franja dulce que aporta la miel potenciaba el astringente y las notas del té verde, mientras que la crianza en barrica del añejo refuerza el clavo del arroz con leche.

Las entradas para el espectáculo es de 45 €, 90 € si se opta por cena (solo disponsible el viernes y el sábado en la representación que se inicia sobre las 19h.) y que se reservan por estricto orden de petición y hasta completar aforo (128 personas). El domingo 24 la cita es a las 12 del mediodía.

La dirección de correo electrónico para la reserva de entradas es eventos@monasteriodeucles.es (reserva y pago hasta 72h de antelación). Los interesados deberán dirigirse por esta vía para hacer sus reservas. Una vez reservadas, las entradas se podrán recoger en el propio Monasterio, dos horas antes del comienzo del espectáculo.

@angelaGonzaloM
@Viaje_Itaca_
Instagram: @Audioguíasturísticas

Facebooktwitterredditpinterestlinkedintumblrmail

Information

This entry was posted on 8 noviembre, 2019 by in Agenda Cultural, Cultura, Turismo and tagged , , , .

Agenda Cultural

«Dieric Bouts. Creador de imágenes»

MLeuven, Lovaina, Hasta el 14 de enero de 2024

Dieric Bouts (1410-1475), es uno de los maestros flamencos más importantes. En Lovaina, pintó sus mejores paneles de escenas ricas, retratos impactantes y paisajes de otro mundo. Bouts tuvo éxito en vida y en 1472 recibió el título honorífico de pintor de la ciudad, cuando Lovaina experimentaba una renovación urbana y mantenía una universidad pionera en una época tan creativa como el Renacimiento.

La imagen que tenemos hoy del artista pintor no existía en el siglo XV. Bouts no fue un genio romántico ni un inventor brillante, sino un creador de imágenes. El festival M confronta algunas de sus obras maestras como 'La Última Cena' y 'El Martirio de San Erasmo' con los creadores de imágenes actuales: fotógrafos deportivos, cineastas o desarrolladores de juegos.

Después de cinco siglos, el maestro flamenco regresa a Lovaina para el festival urbano con el tema "Nuevos Horizontes". Bouts ocupa un lugar central porque todavía hoy estamos ansiosos por explorar nuevos horizontes, tal como lo hizo él en el siglo XV.

En las RRSS

Fotografías

Created with flickr badge.

Videos

"ESA la frontera espacial de la UE"

Consejos de belleza de una mujer atacada con ácido en India