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«El zorro», historia de una amistad imposible

El soldado Franz Streitberger es un mensajero del tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial. Un día, justo antes de un ataque a los aliados, Franz encuentra un cachorro de zorro malherido al que decide cuidar, ofreciéndole el calor del hogar que a él siempre le faltó en su infancia. El zorro se convierte desde ese momento en su mejor amigo y aunque en cualquier momento podría escapar, permanece fiel acompañando al soldado durante gran parte de la guerra. Hasta que en 1941 Franz tiene un nuevo destino: el frente ruso.

Esta es la historia real del soldado Franz Streitberger, bisabuelo del director Adrian Goiginger, que nos revela ahora a través de la película su hermosa y emotiva aventura.

Es una película no recomendada para menores de 12 años.

Entrevista con Adrian Goiginger (director y guionista)

La película se desarrolla en Austria, en la región de Pinzgau en los años 20 ¿Cómo es vivir y trabajar en una zona montañosa, donde todo sucede entre la sublime belleza de la naturaleza y la escasez de recursos materiales?

La belleza es sobrecogedora, especialmente si nos remontamos a los años 20, antes de que llegara el turismo. Pero la pobreza en esa zona, que hoy en día está entre las más ricas de Austria, era inimaginable. La gente moría de hambre y los niños eran abandonados. Eso era algo que me fascinaba, lo juntos que podían estar la felicidad y el sufrimiento para la gente que vive en las montañas. Mi bisabuelo Franz Streitberger nunca fue un hombre al que le gustara el monte pero permaneció en Pinzgau hasta que murió, justamente dos semanas después de haber cumplido 100 años, por lo que creo que en el fondo no le disgustaba tanto.

¿Hablaba tu bisabuelo de sus experiencias durante la guerra? ¿Cuándo oíste la historia del zorro por primera vez?

Franz no habló nunca a sus hijos de la guerra, pero si lo hizo un poco más con sus nietos. Después se abrió completamente conmigo. También es verdad que a mí me interesaba mucho todo lo que me contaba y quizás por ello compartió conmigo todos esos recuerdos de la guerra. Cuando yo era muy joven me habló por primera vez del zorro. En ese momento ya supe que tenía que hacer una película sobre aquello, aunque entones yo solo tenía 14 años. Le estuve entrevistando hasta que murió, grabando lo que me contaba e intentando descubrir cuanto más mejor sobre su vida y sus experiencias.

Adrian Goiginger Foto: SalzburgWiki

¿Cómo crees que te afecta como persona que te abandonen de niño?

Cuando tus padres te entregan a unos extraños con solo 7 años creo que no importa mucho el verdadero motivo, pues la herida que deja probablemente te acompaña toda la vida. No sé si mi bisabuelo alguna vez perdonó a sus padres por aquello. Un día, cuando ya era muy mayor, le llevaron a la granja en la que había tenido que trabajar siendo muy joven. Se enfadó muchísimo y maldijo al granjero que le había tratado tan mal.

La película transmite hábilmente un cierto encierro o sentimiento de claustrofobia que atrapa a Franz en el ejército ¿Cómo lo conseguiste?

Esa idea la tuvimos desde el principio. Mis directores de fotografía, capturaron una perspectiva similar a la de la película “El hijo de Saúl” mediante la cual descubres el mundo a la vez que el protagonista.

Nos pareció emocionante hacerlo así, para reflejar esta época histórica tan turbulenta, a la misma vez que también nos permitía reflejar bastante bien la vida interior de Franz, una persona muy introvertida y solitaria.

Franz pertenece a las fuerzas armadas de la Alemania Nazi, pero no vemos casi ninguno de los horrores de la guerra en la película ¿Qué hay detrás de esta decisión?

Estos horrores se ven en varias facetas, pero particularmente en las circunstancias que llevaron a esa guerra. Para mí era importante arrojar algo de luz a la etapa de entreguerras, y contar una historia de la que no se había hablado mucho hasta ahora. ¿Cómo era posible que Hitler llegara al poder en un abrir y cerrar de ojos y que el 99,73% de los austriacos votaran por la anexión del país?

Mis muchos años de investigación me indicaban que la mayor parte de la población en aquella época era apolítica y sus mayores preocupaciones eran cómo hacer para conseguir alimentos y para pasar el invierno. En su núcleo central El Zorro no es una película bélica sino una historia sobre un joven que, a través de su relación con un animal, aprende a perdonar a su padre. Pero el destino quiso que esta historia sucediera durante la Segunda Guerra Mundial.

Tanto El zorro como tu anterior película The best of all worlds hablan sobre una infancia infeliz ¿Hasta qué punto El zorro está construido bajo la misma idea de The best of all worlds y en qué se diferencian ambas?

Cada película tiene un origen distinto así que yo no diría que una está construida en base a la otra. Es cierto que tienen coincidencias porque las dos suceden dentro de mi familia: la primera sobre mi propia historia y la segunda sobre la de mi bisabuelo. Pero se diferencian, por ejemplo, en la época en la que suceden y el periodo que abarcan. The best of all worlds sucede en pocos meses mientras que El zorro narra una historia que se extiende en el tiempo durante 20 años.

Los zorros combinan características de gatos y perros de una forma caótica, pero a la vez encantadora ¿cómo fue trabajar con uno?

Desde el principio, mucho antes incluso de encontrar financiación, supimos que sería un gran reto rodar una película con un zorro, pero siempre tuve claro que no rodaría con animales en versión digital. Por ese motivo, comenzamos a trabajar con mucha antelación con el entrenador animal Herbert Pecher. El actor protagonista, Simon Morzé, se involucró en la crianza del zorro adulto un año antes de iniciar el rodaje.

También tuvimos otro entrenador para trabajar directamente en el set. Tuvimos tres cachorros y otros dos animales entrenados hasta que llegaron a la edad adulta. Además, en la medida de lo posible,
trabajábamos con poca gente en el set, para que los zorros no tuvieran muchas distracciones ni molestias.

¿Los diferentes dialectos e idiomas supusieron mucho problema durante el rodaje?

Me gusta la mezcla de idiomas y dialectos tanto en la vida real como en el cine. Era increíblemente divertido mezclarlos e incluso revivir algunos de ellos, como en concreto el dialecto que en los años 20 se hablaba en la región de Pinzgau. Las confusiones en los diálogos entre Franz y Marie en Francia eran muy divertidas de rodar.

La Wehrmacht era también una gran ejemplo de mezcla lingüística pues había jóvenes de todos los rincones de Alemania, cada uno con su acento, que se juntaban ahí y se veían forzados a comunicarse los unos con los otros.

¿Dónde rodaste las escenas de la granja familiar de Franz? ¿y la playa?

La granja de Franz está en Grossarl, en el estado federal de Salzburgo, a pocos kilómetros del lugar donde creció mi bisabuelo. Tuvimos que buscar mucho para encontrarla, pero cuando dimos con ella nos gustó porque se ha conservado en pie tal cual durante más de cien años, sin que nadie la mantuviese. Las escenas de playa se rodaron en Amrum, en la zona norte de Alemania. También consideramos rodar en Francia, pero con todos los inconvenientes y restricciones provocados por la pandemia, era demasiado arriesgado hacerlo allí.

¿Cómo encontraste al niño que interpreta a Franz?

Mi excelente directora de casting convocó una prueba abierta a todo el estado de Salzburgo y Maximilian Reinwald se presentó. Él es de un pueblo remoto en las montañas y habla un auténtico dialecto montañés. Con él ensayamos durante semanas para preparar el papel y, de hecho, los actores que interpretan a sus padres me ayudaron muchísimo para preparar junto al niño todas sus escenas.

¿Cómo fue trabajar con Simon Morzé?

Inolvidable. Le encontramos en 2018, dos años y medio antes de empezar a rodar. Desde ese momento se preparó casi en exclusiva para este papel. Vivió y trabajó en una granja durante meses, se sacó el carnet para conducir motos, fue a un campo de entrenamiento, se involucró en la crianza de los zorros, aprendió el dialecto original de Pinzgau (él es de Viena) y pasó semanas ensayando conmigo y el resto de los actores. Yo no hubiera sido capaz de sacar adelante una preparación tan larga e intensa y estoy increíblemente agradecido por la confianza que puso tanto en mí como en el proyecto.

The best of all worlds está basada en tu propia historia. El Zorro en la de un miembro de tu familia ¿te interesan más las historias que suceden dentro de tu familia o en tu círculo cercano de amigos?

Las historias reales siempre tienen un especial atractivo para mí porque puedes profundizar en la búsqueda de información y puedes entrevistar a las personas involucradas. Pero, de momento, creo que he terminado de contar historias familiares. Aunque quien sabe lo que el futuro deparará.


Adrian Goiginger nació en 1991 en Salzburgo, Austria. Es un guionista y director de cine que debutó con The best of all worlds, ópera prima que se convirtió en todo un éxito después de su première mundial en el Festival de Berlín en el año 2017. Ganó más de 100 premios internacionales, incluyendo el premio a la Mejor Película Europea en el Zlin Film Festival, el premio a Mejor Película en el Festival de cine independiente de Nueva York y cinco premios en los Austrian Film Awards de 2018.

En el año 2022 escribió y dirigió su segunda película titulada Above the world y poco después de ésta, su tercer largometraje El zorro (Der fuchs).

Filmografría de Adrian Goiginger


2022 El zorro
2022 Above the world
2017 The best of all worlds

*Entrevista facilitada por Karma Films

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This entry was posted on 5 julio, 2023 by in Agenda Cultural, Cultura, Videos and tagged , , , .

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«Dieric Bouts. Creador de imágenes»

MLeuven, Lovaina, Hasta el 14 de enero de 2024

Dieric Bouts (1410-1475), es uno de los maestros flamencos más importantes. En Lovaina, pintó sus mejores paneles de escenas ricas, retratos impactantes y paisajes de otro mundo. Bouts tuvo éxito en vida y en 1472 recibió el título honorífico de pintor de la ciudad, cuando Lovaina experimentaba una renovación urbana y mantenía una universidad pionera en una época tan creativa como el Renacimiento.

La imagen que tenemos hoy del artista pintor no existía en el siglo XV. Bouts no fue un genio romántico ni un inventor brillante, sino un creador de imágenes. El festival M confronta algunas de sus obras maestras como 'La Última Cena' y 'El Martirio de San Erasmo' con los creadores de imágenes actuales: fotógrafos deportivos, cineastas o desarrolladores de juegos.

Después de cinco siglos, el maestro flamenco regresa a Lovaina para el festival urbano con el tema "Nuevos Horizontes". Bouts ocupa un lugar central porque todavía hoy estamos ansiosos por explorar nuevos horizontes, tal como lo hizo él en el siglo XV.

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