«Bodas de sangre» y «Macbeth» dos impresionantes dramas comparten taquilla
Francisca Cañada Morales, tenía 84 años cuando murió en Níjar, -una pequeña población de Almeria-, en julio de 1987. Era la verdadera novia que inspiró a Federico García Lorca para escribir «Bodas de sangre». El escritor se basó en un crimen ocurrido en ese pueblo en 1928 cuando Francisca dejó a su novio, horas antes de la boda, para huir con su primo, que acabó muerto a tiros. Esta obra del escritor granadino ha inspirado a autores teatrales y cineastas y la hemos podido ver en otras ocasiones en la gran pantalla. Ahora vuelve a los cines españoles con la interpretación de Inma Cuesta y la dirección de Paula Ortiz.
Macbeth también fue un personaje real. Fue rey de los escoceses entre 1040 y 1057. El irlandés Michael Fassbender interpreta a este personaje histórico convertido en figura literaria por William Shakespeare. La actriz francesa Marion Cotillard es la despiadada y ambiciosa lady Macbeth. Un día el barón de Glamis escucha la profecía de tres brujas que le anuncian que su destino es ocupar el trono de Alba (Escocia). Macbeth y su mujer deciden adelantar los acontecimientos y para ello asesinan al rey y a cuantos súbditos se interponen en su camino.
Estos días las dos obras coinciden en las salas de cine españolas. El australiano Justin Kúrzel ha adaptado Macbeth y la zaragozana, Paula Ortiz, Bodas de sangre, con «La novia». Las dos versiones comparten varios puntos en común: belleza visual, guiones sólidos, la energía de sus personajes, la riqueza de sus diálogos, y la fuerza de las pasiones: la venganza, el amor, la traición y la ambición desmedida.
Dos melodramas que, en este caso -ya se han hecho otras adaptaciones anteriores- aprovechan, uno la bruma de Escocia y otro, el sol de la Capadocia turca y de los monegros aragoneses, para marcar el ambiente cerrado y opresivo de ambas historias. Los personaje fantásticos, las tres brujas de Macbeth y la muerte un elemento recurrente en García Lorca, nos adelantan en las dos obras el drama que llegará. Aunque son dos personajes muy distintos, ambas se centran en una mirada contemplativa y muy plástica, donde aparecen detalles que muestran el dramatismo a través de cuchillos, lágrimas, caballos, sangre, la dureza del clima, la noche.
La obra de García Lorca comienza con la conversación entre el novio y la madre antes de pedir la mano de la joven. Paula Ortiz ha preferido empezar «La novia» cuando el drama ya se ha producido y vemos a la joven llegando ante su suegra para pedirle que la mate, por que en la pelea entre los dos hombres que se disputan su amor, mueren ambos.
Otras coincidencias de las dos obras literarias, es que no solo se han representado en cine y teatro, sino que también tienen su propia ópera. El italiano Giuseppe Verdi se sintió atraido por el drama shakesperiano y adaptó por primera vez esta obra al bel canto. ((se oye música)) Estos días la hemos podido disfrutar en el centro el Palau de les Arts de Valencia, con Plácido Domingo en el papel de Macbeth, mientras que la mezzosoprano rusa, Ekaterina Semenchuk, interpretaba a Lady Macbeth, una mujer que instiga la sed de venganza de su esposo. Se trata de una producción del Teatro dell’Opera di Roma y el Salzburg Festspiele. Otra ópera recoge la historia de Bodas de sangre, en este caso es el compositor alemán Wolfgang Fortner, aunque las mejores versiones de la obra lorquiana son las canciones populares.
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