CaixaForum, Madrid, hasta el 7 de junio de 2020
La exposición Vampiros. La evolución del mito propone un recorrido transversal por la historia de esta figura, popularizada por el cine y más viva que nunca en la cultura popular.
La muestra, coorganizada por La Cinémathèque française y ”la Caixa”, propone una mirada interdisciplinar, centrada en los vampiros cinematográficos, pero que se detiene también en la literatura, el cómic, la televisión y las artes visuales, entre otras disciplinas.
Se exhiben más de 360 obras de una treintena de museos y colecciones privadas, entre fotografías, dibujos, vestuario de películas, manuscritos, libros, cómics, carteles, pinturas, grabados, documentos y objetos diversos. También se pueden ver 15 montajes audiovisuales con fragmentos de más de 60 películas y series.
Palacio Belvedere, Viena, hasta el 1 de junio de 2020
En Viena, el Cabaret Fledermaus, fundado y diseñado en 1907 por miembros clave de la Wiener Werkstätte, marcó la transición del secesionismo al expresionismo. En París, en la década de 1880, el Chat Noir y su teatro de sombras anticipaban el cine. En Zurich, Dada fue fundada en el Cabaret Voltaire, mientras que en Roma, el club nocturno Bal Tic Tac, diseñado por Giacomo Balla y el Cabaret del Diavolo de Fortunato Depero, fueron incubadoras del futurismo. Al mismo tiempo, Theo van Doesburg, cofundador de De Stijl, dio forma, en parte, al diseño minimalista del Café L’Aubette en Estrasburgo. En el Berlín, de entreguerras, la energía electrizante de los clubes nocturnos disparó la imaginación de artistas que trabajan en los estilos del expresionismo y Neue Sachlichkeit, como Otto Dix, Jeanne Mammen y Elfriede Lohse-Wächtler.
Los clubes nocturnos, cafeterías, bares y cabarets fueron centros vibrantes del modernismo en el siglo XX, proporcionando a los artistas una plataforma para un intercambio creativo de ideas entre pintura y artes gráficas, arquitectura, diseño, literatura, danza y música. La exposición analiza muchos de estos lugares en todo el mundo y explora estos ambientes artísticos fértiles y su influencia duradera en la historia del arte. Deliberadamente va más allá de los límites de una perspectiva eurocéntrica. No solo examina los lugares icónicos de la vanguardia, sino que también transporta al espectador al Café de Nadie en la Ciudad de México y al Harlem Renaissance en los clubes de jazz de Nueva York de las décadas de 1920 y 1930, cuyos protagonistas emprendieron la lucha contra el racismo. Concluye con los Clubes Mbari, fundados a principios de la década de 1960 en Ibadan y Osogbo, Nigeria, y el Club de Arte Rasht 29, que se inauguró en Teherán en 1966.
La exposición se ha organizado en colaboración con The Barbican, Londres.
Blanca Bellová, Ed. Tres Hermanas
La obra relata la dura búsqueda de sus raíces de Nami, un niño que crece solo en un entorno hostil y decadente.
El lago se desarrolla en una ciudad de pescadores postsoviética no determinada a orillas de un lago que no deja de perder agua y secarse, asfixiando a la propia sociedad que de él dependía. En ese lugar, doblemente golpeado por la ocupación rusa y la catástrofe ecológica, crece un chico que tiene que hacer cara solo a su propia lucha y a un viaje para saber más de sí mismo. Es la historia de un peregrinaje, de una búsqueda, del amor. En medio de la más sórdida de las incertidumbres, se filtra un rayo de esperanza. Al español la obra ha sido traducida por Daniel Ordóñez.
“Bianca Bellová es una autora llena de paradojas con un innegable tipo de talento específico. No debe poder evitar presentar la vida –como todas esas situaciones de dos caras que se suceden a lo largo de todo el libro– con una ironía cínica sobre un texto de poca extensión. Provoca, inquieta y suscita la duda de si podrá seguir escribiendo así”.
Bianca Bellová (Praga, 1970) ha publicado ya cinco novelas Sentimentální román (Novela sentimental, 2009), Mrtvý muž (El hombre muerto, 2011), Celý den se nic nestane (No pasa nada durante todo el día, 2013), Jezero (El lago, 2016) y Mona (2019). El lago ha sido hasta la fecha su mayor éxito, consiguiendo el Premio Magnesia Litera a Libro del Año en la República Checa y el Premio de Literatura de la Unión Europea, se ha traducido a una veintena de lenguas. También es autora de varias colecciones de relatos. De raíces búlgaras, Bellová trabaja también como traductora del inglés y escribe para distintas revistas.
Archivo Histórico de la Nobleza. Hospital Tavera, Toledo. Hasta el 15 de junio de 2020.
La mujer siempre ha tenido un papel capital en nuestra historia común. Aunque la mentalidad medieval relegó a las mujeres a las categorías de madres, monjas o brujas, el Renacimiento y la Edad Moderna alumbrarían un nuevo universo mental. Sin embargo, muchos siglos después todavía se han seguido proponiendo como ideales femeninos, la belleza, la virtud, la virginidad, la santidad y la obediencia al marido y a su familia.
Se exhiben 58 documentos originales de Leonor de Guzmán, Beatriz Galindo “la Latina”, Teresa Enríquez, Beatriz de Bovadilla, Juana Pimentel, Ana de Mendoza, princesa de Éboli o Josefa Pimentel, condesa-duquesa de Benavente. Otras mujeres menos conocidas y que tienen un hueco en esta muestra son Catalina de Vargas Carvajal, condesa de Castillejo o Mariana Walstein, marquesa de Santa Cruz.
Muchas damas nobles, con frecuencia desbordaron el rol misógino tradicionalmente asignado a las mujeres en la familia, el espacio doméstico o el ámbito público, para tomar las riendas de su propia existencia, de su linaje o incluso de todo un estado señorial. Haciendo uso de sus privilegios, pero también de los resortes legales que socialmente les estaban permitidos, fueron capaces de articular sus propios espacios de poder más allá de su ámbito familiar y doméstico.
Gobernaron e impartieron justicia como señoras de vasallos, fueron activas mecenas y promotoras del arte. Participaron e intrigaron activamente en la Corte y en la vida política y social de su propia época mediante relaciones sociales y redes familiares que les posibilitaron el acceso al poder y a la Corte como medio de promoción personal y social, algo vedado a mujeres de otros estamentos y nivel económico.
La exposición instalada en el Archivo Histórico de la Nobleza, en Toledo, pretende ser una mirada en femenino a la existencia de grandes personajes que ostentaron el poder o fueron piezas destacadas en el tablero político de su época. A través de los documentos e imágenes coetáneas expuestas, se contemplan los secretos de su vida cotidiana, desvelándose su discreta influencia sobre maridos o monarcas, así como las claves de su educación, su trasfondo devoto o filantrópico, e incluso el mecenazgo cultural o proyección en las artes.
Se abarca un amplio espectro temporal, desde 1307 con un acta de vasallaje entre varias señoras de la villa de Pals (Girona), hasta 1925 con una medalla conmemorativa a la duquesa de San Carlos por la creación del Hospital de la Cruz Roja en Barcelona, hoy Hospital Dos de Maig. Se podrán contemplar concesiones de señoríos como el Palenzuela a Leonor de Guzmán en 1331, planos como el de la capilla de Álvaro de Luna en la Catedral de Toledo sufragado por María de Luna, licencias para leer libros prohibidos a la marquesa de Tolosa en 1793, o las cartas de la Duquesa de Osuna con artistas bajo su patrocinio personal como Moratín, Haydn, Boccherini o Goya.
Un caleidoscopio de espacios de poder, prejuicios, sueños y ambiciones que nos evocan un mundo pasado en el que la mujer no renunció a ser sujeto activo de su propio destino.
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