Dónde comer y dormir en el valle de Núria
El santuario de Núria es un lugar histórico de peregrinación. Muchas personas suben hasta allí para realizar retiros, meditación o participar en la oración. El 8 de septiembre, es la festividad más importante y se traslada la estatua desde la basilica hasta la ermita de San Gil, donde se cantan los gozos a la Virgen de Núria.
Para acceder a la basílica y al valle es aconsejable hacerlo en el tren cremallera, uno de los pocos que todavía funcionan en la península Ibérica. Además es un trayecto muy agradable, que dura unos 40 minutos y supera un desnivel de más de 1.000 metros, imposible para otras máquinas de tren. Por eso la locomotora necesita apoyarse en los rieles dentados, no solo para ayudar en la subida, sino para controlar el descenso.
El pastoreo ha marcado la vida de este lugar a lo largo de los siglos. Cada 29 de junio, los rebaños subían a los pastos, una fecha que se recuerda anualmente, con una acto religioso de bendición de panes y gachas. La temporada acababa el 1 de septiembre y entonces -también en la actualidad- se celebraba la fiesta de San Gil, patrón de los pastores. En Semana Santa, se organiza un viacrucis en el camino de la Coma del Clot, con esculturas en cada estación.
El valle y su entorno ofrecen muchas opciones de senderismo y deportes de montaña, alrededor de los nacimientos de los ríos Ter y Freser. Su fácil acceso, le hace un lugar idóneo para recorrer la zona pirenaica. Se pueden realizar salidas de iniciación por senderos, muchos de ellos se transforman en pistas para practicar esquí de montaña en invierno. También hay ascensos de media dificultad, hacia algunas cimas, que son fáciles y no es necesario conocer técnicas de escalada.
Para facilitar los ascensos, es aconsejable el teleférico Coma del Clot, hasta el albergue Pic de l’Àliga, a 2.170 metros de altura, con unas fantásticas vistas panorámica del valle y las montañas cercanas.
Una de las excursiones más tradicionales es la ruta de les tres Valls, que recorre los valles de Eina, Noufonts y Noucreus. La travesía de los tres refugios recorre el Parque Natural de las cabeceras del Freser y el Ter y el valle de Carança, en territorio francés. Para hacer toda la ruta es necesario pernoctar en albergues o refugios rodeados de las cimas del Bacivers, el Pico del Infern o Bastiments. Se realiza un recorrido por pastos, el camino de los Ingenieros , que forma parte del GR-11, o el tradicional camino viejo de Núria.
Desde hace un año, se organiza el reto virtual de la Olla, un trail running de 21 kilómetros, y que se puede realizar en cualquier momento y las veces que uno quiera, entre junio y el 15 de octubre. Al principio de la ruta hay un lector de QR que inicia el cronometraje que servirá para comparar con los tiempos conseguidos por el resto de participantes.
El 70% del recorrido supera los 2.700 metros. El punto álgido es el Puigmal, de 2.913 metros y considerada la cuna del alpinismo catalán. Finestrelles supera los 2.800 metros, del Font Negre a 2.727 y el Pic de l’Àliga, otra de las cimas emblemáticas está ya a 2.472 m. En total un desnivel acumulado de 3.880 metros.
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El torb es un viento gélido de invierno, que cruza esas cimas y da nombre a una travesía, que une el valle de Núria y el macizo del Canigó. Ambos muy unidos a la tradición religiosa, cultural y montañera de Cataluña. En la ruta hay que cruzar entre otros, el coll de la Marrana y el de Jou.
Los que prefieran algo más tranquilo, pueden disfrutar de paseo en barca o canoa en el lago (en invierno es posible hacer buceo bajo el hielo), se puede practicar un circuito de orientación alrededor del santuario, siguiendo pistas en un mapa.
Rutas a caballo, actividades en el parque lúdico o una carrera virtual son algunas de las actividades que se pueden realizar en familia o por parejas.
Las posibilidades de alojamiento y restauración de la zona son numerosas y para todos los bolsillos. Una buena opción es pernoctar en el Hotel Vall de Núria, con 75 habitaciones, y capacidad para 184 personas. El edificio de San Josep, un tres estrellas que ha obtenido el premio Green Building de sostenibilidad de la UE, por su eficiencia y optimización energético en todas las instalaciones.
Dispone de habitaciones familiares, con espectaculares vistas a las montañas, WIFI, TV vía satélite y baño privado. En el mismo edificio hay buffet libre con comida típica catalana, por 25€, abierto a todos los visitantes.
Además del albergue del Niu de l’Àliga, otra alternativa familiar son los Apartaments Vall de Núria, que disponen de bar, restaurantes, y un salón compartido. A pie de pista, los apartamentos cuentan con zona de estar con sofás y TV de pantalla plana con canales de pago, zona de cocina totalmente equipada y baño con bañera, ducha y secador de pelo. La ropa de cama y las toallas están incluidas. No se admiten mascotas.
Alojamientos en Ribes de Freser
El valle de Ribes se encuentra al noroeste de la comarca gerundense del Ripollés, y comprende los municipios de Campelles, Planoles, Pardines, Queralbs, Toses i Ribes de Freser. Esta última localidad es la capital de los valles de Ribes y de Núria, que comparten historia, cultura, geografía y paisaje.
En Ribes de Freser, encontramos el hotel-spa Resguard dels Vents, para disfrutar de una estancia muy diferente. Un cuatro estrellas, situado a 1.000 metros de altitud entre prados y montañas y con una espléndida vista del valle de Ribes y su capital Ribes de Freser, desde las habitaciones y sobre todo desde la piscina del spa. Un espacio innovador, cómodo y moderno que no pierde la esencia rural que impregna el edificio.
Unos antiguos terrenos de pastos, conocido como el prat de El Quintà de Ventaiola, se han transformado en un espacio de tranquilidad y sosiego. El entorno familiar realza sus servicios de bienestar, con biblioteca, terraza panorámica, zona de juegos, espacios ajardinados y aparcamiento, respetando la tranquilidad del huésped y el medio ambiente.
Aquesta remor que se sent,
no és de pluja….
no és de vent….
no és de paraules….
no és de pensaments….
I, tanmateix, la remor persisteix.
Miquel Martí i Pol
En las habitaciones, amplias, confortables y luminosas, destacan los continuos poemas relacionados con el viento. Resguard dels Vents ofrece 4 dobles, 7 superiores, 3 superiores Acqua y 3 suites especiales. Las superiores y las suites cuentan con bañera de hidromasaje, salidas directas al jardín y vista a las montañas. Con sus 40 m2, la estrella es la Suite Palau del Vent.
Todo es kilómetro 0, desde la construcción hasta la comida. La piedra, la madera de pino y el hierro embellecen el edificio y la caldera de biomasa da calor a las instalaciones y la zona del Spa. En desayunos y comidas todos los productos tanto lácteos como cárnicos, frutas y verduras, proceden de granjas de la comarca del Ripollés o de la provincia. También pescado, la costa Brava está a unos 100 kilómetros.
El hotel se enmarca dentro del ambiente wellness, donde relajar el cuerpo y la mente con varios tratamientos de 30′ (47€), 60′ (58€) o 75 minutos (80€), todos los días de la semana, para adultos y niños. Destacamos los toques especiales de saquitos de arroz con especias , hidratación con rosa de Damasco y polvo de diamante, regenerante con miel cristalizada, miel de sándalo o resinas orientales
Estas modernas instalaciones de relax cuentan con piscina cubierta climatizada, bañera de hidromasaje hydra plus, sauna finlandesa, hamam y ducha escocesa.
Gastronomía tradicional
en el valle de Ribes
La tradición ganadera y agricola de esta zona ha dado lugar a una gastronomía típica de montaña. Animales domésticos de granja como pollos, conejos o cerdos, se combinan con las carnes de caza. Jabalí, liebre, rebeco, perdiz , corzo. En los restaurantes del valle de Ribes se pueden degustar embutidos, pescados de río y productos de la huerta o del bosque, ya sean setas, frutas silevestres, patatas, col o judías.
En Ribes, un lugar histórico para comer y cenar, es el restaurante Els caçadors , también tienen hotel. Un ambiente familiar, un trato cercano y una comida excelente con platos que le han dado la fama que conserva nueve décadas después de que dos mujeres emprendedoras abrieran un negocio, en principio destinado a los trabajadores y profesionales del tren cremallera, así como a los primeros visitantes de la montaña.
En Els caçadors sirven sorprendente sopas caseras de pescado de roca, mejillones de roca a la brasa de encina, canamillana (trinchado de col de invierno, tocino y butifarra negra, esqueixada de llom de bacallà, caracoles, arroz de montaña, pierna de cordero, pie de cerdo guisado o pato.
No os podéis ir sin comer el plato insignia, unos calamares a la romana… Preguntad a los camareros y al propietario, porqué el plato típico de la casa son los calamares, tan extraños de encontrar en un restaurante de montaña. Y de postre, sopa de pino casera con helado cremoso de piñón.
- Visitas imprescindibles en la comarca del Ripollés
Visitar el santuario de Núria, a dos mil metros de altura
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