Bélgica ha convertido el primer vuelo de reapertura de Zaventem en simbólico. El aparato que despegaba a las 13.40, era de su compañía de bandera, Brussels Airlines, la única que operará estos días. Los 80 pasajeros del vuelo a la ciudad portuguesa de Faro, iban a bordo de un Airbus A320 decorado con pájaros y nubes de uno de los artistas más reconocidos del país: el surrealista René Magritte.
La compañía, controlada en un 45% por la alemana Lufthansa, había presentado la víspera de los ataques este modelo y lo ha recuperado hoy como ejemplo de normalidad. Será complicado, porque de momento la zona de embarque funcionará al 20% de su capacidad…. unos 800 pasajeros la hora. Anualmente lo utilizan unos 23 millones de personas.
Este lunes están previstos varios vuelos hacia París, Berlín, Nueva York, Ginebra, Copenhague, Manchester o Fráncfort. Zaventem necesita recuperar la normalidad. Los responsables del aeropuerto y varios trabajadores han realizado una breve ceremonia de reapertura en recuerdo de las víctimas y con las emociones a flor de piel.
Los primeros pasajeros que han volado a Faro, Atenas y Turín, han vivido la situación con cierta ansiedad y bajo estrictas medidas de seguridad. Han tenido que pasar varios controles para acceder a la carpa gigante que de momento sirve como acceso a la zona de embarque, hasta que queden avanzados los trabajos de remodelación de las instalaciones. Todavía queda mucho por hacer, sobre todo donde explotaron las bombas, con vidrios rotos y paredes y techos destrozados.
El cierre de uno de los aeropuertos con más tráfico aéreo de Europa supone importantes pérdidas económicas. Sede de las grandes instituciones europeas, además de la Comisión, el Parlamento y el Consejo, acoge el cuartel general de la OTAN. En Zaventem, donde hay instaladas unas 260 empresas, trabajan unas 20.000 personas y operan 77 aerolíneas con más de 200 destinos internacionales. Su paralización supone unas pérdidas de 5 millones de euros diarios. También el turismo, como ha ocurrido en otros lugares que han sufrido atentados, ha disminuido. Nada más ocurrir los ataques terroristas se anularon muchas reservas hoteleras y la tasa de ocupación ha caído a la mitad en los últimos 12 días, que han coincidido con Semana Santa, una de las fechas más turísticas del año en la ciudad.
Calculan que el aeropuerto no funcionará a pleno rendimiento hasta verano. Muchos vuelos continuaran desviados a aeropuertos regionales, o a los internacionales de Amsterdam y París, desde donde los pasajeros son trasladados en trenes de alta velocidad. París ya ha anunciado que instalará controles de bombas en los Thalys.