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L’Aplec del cargol de Lleida, preparada para su reconocimiento internacional

En 1980, hace casi 40 años, un grupo de leridanos comenzaron a encontrarse en la ribera del río Segre, para recordar una tradición de la huerta de Lleida, y organizar una caracolada…. Cuatro décadas más tarde, aquella idea local está a punto de ser reconocida como Fiesta de interés turístico internacional, y se calcula que tiene un impacto económico anual de 1.500.000 euros. Solo le falta el título, porque ya hace tiempo, que por el recinto de los Camps Elisis, que cada mayo se transforma en un restaurante popular, ruidoso y musical, llegan visitantes de otros países. Franceses, sobre todo, pero también ha llegado ya algún japonés y de otros países más cercanos.

L'»Aplec del caragol«, ha mejorado con el tiempo. Empezó con unos toldos y poca gente y ahora se desarrolla en un recinto ferial y cuenta con unos 14.000 peñistas, y unos 200.000 visitantes, que comen unas 12 toneladas de caracoles. Su formato es un gran aforo al aire libre (excepto restaurante oficial que esta dentro de un edificio) donde los grupos se organizan en diferentes “colles”, con su espacio donde cocinan, beben, bailan, y disfrutan. Cada peña tiene un nombre, su uniforme y su emplazamiento cerrado donde solo se puede entrar por invitación. También hay unas áreas comunes donde se realizan diferentes actividades alrededor de la Fiesta, y en una de ellas se encuentra la  “Colla dels Forasters” (Peña de los Forasteros), que permiten a los foráneos participar de la comida y la algarabía.

Los actos lúdicos-festivos duran una semana, aunque la celebración gastronómica se centra en los tres días del fin de semana (viernes, sábado y domingo). Tanto éxito tiene que desde hace unos años además de la fiesta del cuarto fin de semana de mayo, se organiza un «aplequet» de otoño, a principios de octubre. En 2016 participaron unos 3.500 peñistas de 65 peñas.

Hace 15 años fue declarada fiesta turística de interés nacional y desde entonces comenzó su expansión por otras ciudades españolas, a través del Caragol Tour (el Tour del caracol), que permite -al mismo tiempo- degustar un menú y promocionar la Escuela de Hostelería y Turismo de Lleida, cuyos alumnos elaboran nuevas recetas cada año. El tour llega a Rialp, Madrid, Zaragoza y Barcelona. El menú de este año constaba de unos aperitivos a base de paté de caracol con alioli de pera, «Cap i pota» con caracoles, Buñuelos de bacalao con caracol confitado y sal negra, Croquetas de caracol. En los entrantes se podía degustar «llauna» de caracoles a la gormanda y cazuela de caracoles dulces y picantes.

Los platos principales que prepararon los alumnos de la Escuela era «Trinxat» de col con morcilla, caracoles y toques de cremoso de patata y Bacalao con caracoles, para acabar con postre de pera leridana «Bella Helena» con salsa especiada de chocolate. Todo ello regado con vinos leridanos como Raimat Molí Cabernet Sauvignon, Cava brut nature Rabetllat i Vidal y Ratafia l’Aplec (el licor oficial de esta fiesta popular a base de nueces y peras de Lleida).

Foto web Aplec

No es tan selectiva la comida que preparan las peñas, aunque durante tres días cocinan los caracoles en varios estilos, el más autóctono es  a la llauna , donde los animales ayunados se colocan sobre una plancha metálica con asas, dispuesta sobre una brasa, de uno en uno y boca arriba. Una vez cocinados, se extraen de la concha con un punzón de madera, un poco más largo que los habituales palillos, y se mojan en alioli –una salsa hecha a mano con el mortero con aceite y ajo– que, junto a la vinagreta, son las salsas más populares. Las otras dos variedades más populares son a la gormanda, o la brutesca (a lo sucio). Estas son las tres especialidades más arraigadas entre las collas y peñas. Unos platos que también pueden degustar los foráneos, ya que aunque no se pertenezca a ninguna peña, hay servicios para que los visitantes se sientan integrados en el jolgorio.

De hecho hay paquetes turísticos que incluyen viaje, hotel y comida durante uno o varios días. Además l’Aplec no solo es una fiesta gastronómica, también hay actividades culturales y deportivas, marcadas siempre por el humor y relacionadas con el animal que da nombre a la «romería», en las que se incluye teatro, juergas «carrinclonas», pasacalles, la trotacaracol (una carrera solidaria con un recorrido en forma de caracol), festivales infantiles, un concurso internacional de humor o importantes espectáculos musicales.

 

El caracol es un símbolo ancestral de la cocina tradicional de Lleida. Rodeados de huerta y frutales, los leridanos han convertido al caracol en protagonista absoluto de la mesa. Por ello, lejos de estar un poco en desuso o reservado a los turistas, es un plato habitual en las cartas de los restaurantes de la ciudad y está entrando con fuerza como elemento indispensable de la cocina de autor y para las nuevas tendencias gastronómicas.

Aquella celebración que comenzó hace casi cuatro décadas con 300 personas y unas doce peñas, con el objetivo puesto en la gastronomía combinada con la diversión, el entretenimiento y el humor, reúne hoy en día a tres generaciones. Abuelos, hijos y nietos, esperan que en 2019, coincidiendo con el 40 aniversario, les reconozcan la declaración de Fiesta de Interés Internacional.

@angelaGonzaloM
@Viaje a Itaca

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This entry was posted on 11 abril, 2018 by in Turismo, Videos and tagged , , , .

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Presenta por primera vez en Europa una colección excepcional de armas y armaduras europeas de la Edad Media y el Renacimiento. A través de más de 150 piezas procedentes de la colección del Museo Stibbert de Florencia, la muestra explora la figura del caballero, su papel en la sociedad medieval, su código de honor y los rituales, como torneos y justas.

La afición por los objetos de caballería renace dentro de la corriente del resurgimiento del gótico romántico que caracteriza a la Europa decimonónica.

Aborda nuevos temas, tales como la caballería francesa y bretona, el lugar de las mujeres en ese universo masculino y el mito del caballero en las artes, la literatura y el cine en los siglos XIX y XX.

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