La «Dama de Oro», nazismo y robo de obras de arte

Los nazis llegan a las calles de Viena en 1938. Poco más tarde Maria Altmann, una acaudalada mujer judía, se ve obligada a huir de la capital austríaca. Setenta años después de esa fecha, en 1998 y ya en Estados Unidos, decide exigir el patrimonio que los nazis le robaron a su familia, especialmente el «Retrato de Adele Bloch-Bauer I», rebautizado por los germanos como «La dama de oro». Su tía era la musa del famoso cuadro de Gustav Klimt. Una complicada decisión que le obliga a enfrentarse a los secretos de su pasado…. y a la justicia austríaca.

En su camino se encuentra a un joven abogado, Randy Schoenberg (Ryan Reynolds) nieto del compositor austríaco, Arnold Schoenberg, que inicia una batalla legal y paralelamente descubre un pasado familiar que tenía totalmente olvidado. «La Dama de Oro» es una cinta que, mediante flash backs y sin ninguna sorpresa para el espectador, intenta contar una historia verídica. Pero, aunque Simon Curtis, mezcla con equilibrio momentos dramáticos y distentidos, no refleja en el film la vida de Altman en Viena que fue mucho más dura de lo que él refleja en la pantalla. La película está protagonizada por Helen Mirren (The Queen y Un viaje de diez metros); Ryan Reynolds (The Captive); Daniel Brühl (El hombre más buscado); Tatiana Maslany (la serie de televisión Orphan Black); y Katie Holmes (Miss Meadows).

La pintura de Adele Bloch-Bauer, considerada la «Mona Lisa» austríaca, es uno de los cuadros más famosos de Klimt. Maria Altman, el personaje de esta odisea judicial, nació en Viena en 1916, obtuvo la nacionalidad estadounidense en 1945 y murió el 7 de febrero de 2011 en California a los 94 años. Después de 8 años de litigios con las autoridades estadounidenses y austríacas, recuperó el cuadro familiar en marzo de 2006.

Tras el juicio, la obra de Klimt, que durante todo ese tiempo permaneció en el Museo Belvedere de Viena, fue vendida por 135 millones de dólares, y ahora puede contemplarse en la Neue Gallery de Nueva York. Coincidiendo con la proyección, este museo ha organizado una exposición entorno al cuadro, que puede verse hasta el 8 de septiembre. Precisamente ese número, el 8, parece una constante en la vida de este cuadro. Fue expuesto por primera vez en la Exposición de Arte de 1908, robado por los nazis en 1938, y en 1998, Altman inicia una batalla judicial que dura ocho años.

La otra protagonista es Adele Bloch-Bauer,  hija de uno de los mayores banqueros austríacos, casada con un magnate azucarero, Ferdinand Bloch y eje central de la cinta y de la obra de arte original. Fue una mecenas de artistas y conoció, entre otros, a Klimt, Wagner, Mahler, Stephan Zweig o Richard Brahms.

La proyección de esta película es un buen momento para recordar otros cuadros que también han sido protagonistas del séptimo arte, como «Goya en Burdeos» (1999), «Los fantasmas de Goya» (2006), «Frida» (2002) «La joven de la perla» (2003), «Medianoche en París» (2011), «Mr. Turner» (2014), «Titanic» (1997) o «El secreto de Thomas Crown» (1999). Esta última, como en la película de Simon Curtis, centra la historia en el robo de cuadros, una tema bastante repetitivo -por otra parte- en el cine.

Pero en el caso de «La Dama de Oro», el robo fue real e histórico. La cinta vuelve a poner de actualidad el destino de las obras robadas por los nazis en Europa. Se calcula que más de 100.000 todavía no han sido devueltas a sus propietarios. Aunque el robo real de obras de arte es más habitual de lo que muchos piensan.