Francia se escora a la derecha
Jean-Luc Melenchon, el candidato izquierdista a la presidencia de Francia, ha aprovechado los avances de la tecnología para estar en dos eventos a la vez. Físicamente estaba en Lyon, pero envió un holograma para que lo representara en un acto en París. A pesar de esas tretas, tiene nulas posibilidades de pasar a segunda vuelta.
Al que parece que no van a salvar ni los hologramas, es al candidato de la derecha, François Fillon, que tras el escándalo protagonizado por su mujer, está en la cuerda floja, y ya hay quien le pide que se retire, para poder colocar a otro candidato con más posibilidades de colocarse en esa ansiada y definitiva segunda vuelta de mayo en las presidenciales. Las autoridades investigan si su esposa y dos de sus cinco hijos habrían incurrido en irregularidades y malversación de fondos públicos cuando fueron contratados como asistentes en el Parlamento.
La que sí se ve en la segunda vuelta de mayo es la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, que este fin de semana ha presentado su programa electoral, muy similar a la campaña de Donald Trump en Estados Unidos. La autodenominada «candidata del pueblo», ha abogado contra la globalización y el fundamentalismo islámico. «La división, ha dicho en Lyon, no es entre la derecha y la izquierda, sino entre patriotas y los proglobalización». De los 144 puntos que ha presentado en el congreso de su partido, ha destacado que «dos totalitarismo amenazan a Francia: la globalización económica y el fundamentalismo islamista».
La representante de la extrema derecha gala, ha arremetido contra la UE, a la que considera «un fracaso que no ha podido cumplir con ninguna de sus promesas» y por eso ha anunciado un referendum antes de acabar 2017 para abandonar la UE, a la que califica de «tiránico sistema». El camino a seguir, ha dicho, es el del brexit. De momento los sondeos le son favorables y es la única que obtendría el 25% de los votos en la primera vuelta.
El candidato socialista, Benoît Hamon, ha pedido la unión de los socialistas, para conseguir «volver a ser una izquierda de combate». Siete días después de vencer al ex primer ministro Manuel Valls en la segunda vuelta de las primarias, la ausencia en su mítin de muchos barones de la formación evidencia las discrepancias en el seno del partido y la dificultad de agrupar las distintas sensibilidades. Su programa electoral se basará en defender la renta básica universal, iniciativas ecológicas, la supresión del articulo 49.3 que permite aprobar proyectos de ley sin votación, y una política migratoria menos restrictiva.
Las divisiones y el desgaste histórico e institucional de conservadores y socialistas ha dado alas al joven Emmanuel Macron, exministro de economía con Hollande y partidario de políticas liberales. Igual que Le Pen, ha iniciado su carrera en Lyon, ante 10.000 personas y bajo el lema «en marcha» ha conseguido el apoyo de algunos socialistas disconformes con Benoît Hamon. Con propuestas como aumentar el número de policías y militares, aligerar las cargas patronales y rebajar las cotizaciones de los trabajadores, espera enfrentarse a Le Pen y conseguir el apoyo de todos los partidos del arco político francés para evitar que la candidata ultraconservadora llegue al Elíseo.