La isla de Óbuda, en Budapest, se convierte hasta el 17 de agosto en una explosión cultural en la que se esperan más de 500.000 participantes, lo que supondría un récord histórico de asistencia en el Sziget, uno de los festivales más esperados del verano.
Lo consiga o no, la vigesimocuarta edición del festival húngaro se ha convertido en un éxito de público.
Durante los primeros días los participantes han disfrutado de una intensa y variada programación con música, teatro callejero, circo, charlas, talleres de baile… hasta un torneo de cubo de Rubik, una de las más famosas invenciones húngaras.
Marky Ramone’s Blitzkrieg comenzó rompiendo el cielo de Budapest , con un poderoso concierto del punk más mítico. Skunk Anansie ofreció su cara más rockera y desafió a la lluvia junto a los asistentes en una tarde épica. Pero la locura se desató con los sudafricanos Die Antwoord, en un espectáculo indefinible que sumió al público en un estado de demencia colectiva. Chemical Brothers ofrecieron una sesión de sus mejores composiciones acompañadas de un gran despliegue visual.
El jueves comenzó la representación española con Educados, ganadores del premio Rock Villa de Madrid, y con Buika aportando el toque étnico desde el escenario World Music. La sorpresa del día fueron los suecos Movits!, con un hip-hop tan fresco y divertido. El pionero del electro-swing Parov Stelar puso a mover las caderas a medio Budapest mientras la danesa MØ, récord de permanencia en los charts de BBC Radio 1, ponía la intensidad electrónica y Jake Bugg la emoción. La leyenda del EDM Afrojack consiguió abarrotar el Telekom Arena y consiguieron un aforo completo del festival. La primera gran afluencia de público se sintió también gracias a la presencia de la americana Rihanna.
El viernes asistimos al duelo entre dos grandes de la música popular: Manu Chao y Goran Bregovic, programados a la misma hora en diferentes escenarios y que ofrecieron una enorme fiesta, lo que podríamos definir como un empate en toda regla. Editors y Bastille ofrecieron su cara más indie y la francesa Jain salió por la puerta grande con su pop electrónico y un emocionante homenaje a las víctimas de París con un tema inédito. Cerró el escenario A38 el británico Unkle.
El sábado en la isla del Danubio se vivió otro gran espectáculo con la compañía de circo australiana Circa y a la Quebec Circus School. Unos espectáculos que se pueden disfrutar hasta el martes. Roisin Murphy, Sigur Ros, Muse, Molotov, Leningrad y muchos más le pusieron la banda sonora a este gran festival veraniego, porque cualquier cosa es posible en la Isla de la Libertad.
Todas estas actividades y por supuesto los asistentes, están creando un ambiente de respeto y diversión que es la seña de identidad de Sziget desde su creación hace más de 20 años por un grupo de estudiantes.
Károly Gerendai, fundador del evento y el director artístico Joszef Kardos han recordado su apuesta por un festival que combina un line-up potente pero que «busca, sobre todo, crear una experiencia inolvidable para los asistentes». Con participantes de 102 nacionalidades, el espíritu de Sziget consiste en «un lugar de encuentro multicultural donde todo el mundo tiene cabida en libertad».
Los organizadores siguen explorando nuevos caminos cada año y, en esta edición tienen cabida nuevas propuestas como monólogos de comedia, las famosas TEDtalks, cine y hasta una exposición que explora la problemática de los refugiados de Oriente Medio. Precisamente para aportar un granito de arena, las tiendas que los asistentes abandonen serán adecentadas y entregadas a los refugiados en Hungría.
Aún queda mucho más festival: Bloc Party, los españoles Fuckaine y Malasañers, Rachid Taha, Sum 41, Sia, Noel Gallagher’s High Flying Birds, Kaiser Chiefs, M83, Chvrches, La 33 y Systema Solar desde Colombia, el circo gigante de Transe Express, The Last Shadow Puppets, The Lumineers, Laidback Luke, John Digweed, una sesión especial del promotor para España y Latinoamérica Inti de Manes acompañado de amigos en una sesión nocturna y «after hour» en la playa de Sziget…
En definitiva, la edición de 2016 todavía tiene que aportar muchas propuestas pequeñas, medianas y grandes. Porque, como dicen los Szitizens «una vez que formas parte de la isla, la isla forma parte de ti». N/P