Quiz谩 en Europa no tienen los ritmos desenfrenados del continente sudamericano, pero son igual de animados e irreverentes. Empezamos en B茅lgica, que como dec铆a, ostenta dos patrimonios inmateriales. En el de Aalst el baile con escobas ahuyenta a los fantasmas del invierno. Esta festividad tradicional de 600 a帽os de antig眉edad atrae a unos 100.000 espectadores.
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B茅lgica, ostenta dos patrimonios inmateriales. En el de Aalst el baile con escobas ahuyenta a los fantasmas del invierno. Esta festividad tradicional de 600 a帽os de antig眉edad atrae a unos 100.000 espectadores.聽Esta ciudad situada al norte de B茅lgica, en la regi贸n de Flandes Oriental, lo celebra todos los a帽os durante tres d铆as, a partir del domingo de Cuaresma. Las festividades, jubilosas y sat铆ricas a la vez, se destacan por los siguientes eventos: la proclamaci贸n simb贸lica del Pr铆ncipe Carnaval como alcalde de la ciudad, que recibe las llaves del primer edil durante una ceremonia en la que se ridiculiza a los pol铆ticos del municipio; el desfile de gigantes y de Bayardo, el caballo legendario del emperador Carlomagno; el baile con escobas en el emplazamiento del mercado central; el desfile de muchachos j贸venes disfrazados de mujeres y la quema ritual de la efigie del Carnaval.
Tambi茅n se remonta a la Edad Media el de聽Binche. La principal atracci贸n son los Mam’selles, hombres disfrazados de atuendos femeninos y los legendarios Gilles, una ceremonia ritual con m谩scaras de cera.
En la croata Kastav, en enero se visten con pieles de cordero y campanillas…. Los campanilleros, en grupo, recorren los pueblos diseminados por esta regi贸n situada al noroeste de Croacia. Vestidos con pieles de cordero y tocados con sombreros caracter铆sticos adornados con ramitos verdes, los comparsas se pavonean con sus campanillas a la cintura en grupos de dos a treinta, siguiendo los pasos de un gu铆a portador de un arbolito de hoja perenne. Animan su marcha moviendo r铆tmicamente las caderas unos contra otros y dando brincos al aire. Los grupos comprenden a veces personajes bufos, como un 芦oso禄 travieso que burla sistem谩ticamente la vigilancia de sus dos 芦guardianes禄. Cuando llegan a un pueblo, los comparsas se agrupan en c铆rculos conc茅ntricos en la plaza, tocando sus campanillas hasta que los vecinos les dan comida y albergue antes de seguir su periplo. Al final del carnaval, retornan a sus respectivos pueblos y recogen las basuras de todas las casas, quem谩ndolas delante de ellas. Todos los presentes asisten a este ritual.
Al este de Bohemia, en la regi贸n checa de Hlinecko, se organizan una serie de pasacalles populares. Los hombres y muchachos de las aldeas se disfrazan con m谩scaras de color rojo para los solteros o negro para los casados. Unos cortejos cr铆ticos con el poder que fueron prohibidos en los siglos XVIII y XIX por la Iglesia y en el XX por los comunistas.
Las fiestas de carnaval de los bus贸s de Moh谩cs, una ciudad situada al sur de Hungr铆a, tienen lugar a finales de febrero para celebrar el fin del invierno. Reciben su nombre de unos personajes con disfraces pavorosos -hombres por regla general- que llevan m谩scaras de madera y grandes mantos de lana. Las festividades carnavalescas son muy variadas: con una exposici贸n de obras de los talladores de m谩scaras y otros artesanos; desembarco de 500 bus贸s llegados en barcas por el Danubio; desfile de 茅stos en las calles de la ciudad, acompa帽ados por coches de caballos y autom贸viles engalanados extravagantemente; quema del ata煤d que simboliza el invierno en una fogata encendida en la plaza mayor; y celebraci贸n de festines y conciertos musicales en toda la ciudad.
En la vecina Austria, el desfile de carnaval de Imst, est谩 protagonizado por hombres ataviados con trajes de cascabeles y esquilones que pueden pesar hasta 35 kilos. Un peso que no supone ning煤n problema para que salten y danzen. En el desfile tambi茅n hay deshollinadores enmascarados que trepan por las paredes de las casas para mostrar su bravura, brujas que lanzan gritos a la muchedumbre acompa帽adas por las melod铆as disonantes de una banda de m煤sica y osos blancos o pardos que muestran su fuerza al p煤blico.
El carnaval de Basilea dura exactamente 72 horas y es el m谩s importante de Suiza. Al son de bandas de p铆fanos y tambores, desfilan unas 20.000 personas disfrazadas y agrupadas en comparsas acompa帽adas por carrozas y calesas, la s谩tira se adue帽a de la ciudad utilizando todo tipo de medios audiovisuales.
En Granville unos 2.500 carnavaleros, preparan unas cuarenta carrozas y efigies. La fiesta finaliza con una 芦noche de intrigas禄 en la que los participantes, disfrazados, bromean o ajustan cuentas con sus amigos y allegados, con toda impunidad. Por 煤ltimo, se somete a juicio al Rey del Carnaval y se quema su efigie en el puerto mar铆timo.
El carnaval es una de las fiestas m谩s puramente europeas, algunas de ellas con largos siglos de historia. Pero tengan tradiciones ancestrales o sean m谩s modernas, los d铆as antes de la cuaresma cristiana, la m煤sica, los disfraces y las cabalgatas, nos recuerdan que hay momentos en que hay que dejar los problemas a parte y divertirse. Adem谩s no hay duda de que es una de las fiestas m谩s comunitarias que celebramos.