María, -utilizo este nombre para incluir a la mayoría de las mujeres jubiladas-, era costurera, pero cuando tuvo a su primer hijo dejo de trabajar para cuidar a la familia, preocupada porque tuvieran una buena alimentación, no hicieran «pellas» en el cole, atenderlos cuando estaban enfermos… en definitiva ayudarlos a prepararse para que en un futuro pudieran aportar sus experiencias a la sociedad. Cuando vio que ya no era tan necesaria en el hogar y además podía aportar ingresos a la economía familiar, volvió a buscar trabajo de costurera. Pero se encontró con que ya no querían a una mujer mayor, y tuvo que conformarse con trabajos menos remunerados o a tiempo parcial. A pesar de esas dificultades, María ha cotizado 36 años a la Seguridad Social. Ahora su jubilación se resiente. Cobra un 40% menos que los hombres, y no es un caso aislado. El suyo es un ejemplo más de lo que suponen las brechas salariales entre hombres y mujeres.
La igualdad de género es uno de los valores fundacionales de la Unión Europea. Hace 60 años el Tratado de Roma, recogía un artículo en el que se defendía «a igual trabajo, igual salario». Seis décadas después, aunque se ha progresado, todavía ese objetivo está lejos de ser una realidad. Las desigualdades se mantienen porque no lo recogen las legislaciones, porque muchas políticas gubernamentales no tienen perspectiva de género o porque no se implementan medidas específicas para potenciar el avance de las mujeres.
Del 8 de noviembre al 31 de diciembre, 53 días de cada año, las mujeres europeas trabajan gratis. porque anualmente cobran un 16,7% menos que los hombres. A menudo es debido a que muchas trabajan en los sectores con sueldos más bajos, o aceptan jornadas más reducidas. Eso repercute también en su jubilación. A menos cotización, menor pensión.
El Parlamento Europeo realiza una campaña para concienciar a los ciudadanos de esta discriminación aceptada como si fuera algo normal. Precisamente el Parlamento Europeo votará la semana que viene, un informe presentado por el eurodiputado español Ernest Urtasun, del grupo de Los Verdes, que incide en el aumento de la brecha de género en las pensiones en lo últimos años, y expone que España es uno de los países en los que más se ha ampliado esta diferencia al pasar de un 33 por ciento en 2008 a un 36 por ciento en 2014.
A pesar de estos contundentes datos el eurodiputado polaco, Janusz Korwin-Mikke, ha lanzado este órdago en el Parlamento Europeo. «¿Sabe usted qué papel ocupaban las mujeres en las Olimpiadas griegas? La primera mujer griega? Se lo digo yo, el puesto 800. ¿Sabe usted cuántas mujeres hay entre los primeros 100 jugadores de ajedrez? Se lo diré: ninguno». Sin especificar sus comparaciones, el ultraderechista, xenófobo y antieuropeo diputado polaco, demuestra con sus declaraciones lo que el machismo ha mantenido durante siglos. «Por supuesto, las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes, y por eso tienen que ganar menos», declaró en la sede parlamentaria de Bruselas.
La eurodiputada española y presidenta de la delegación socialista, Iratxe García ha respondido a esta agresión ideológica de forma contundente. «Mire señor diputado: según sus teorías yo no tendría derecho de estar aquí como diputada. Y sé que le duele y le preocupa que hoy las mujeres podamos estar representando a los ciudadanos en igualdad de condiciones con usted. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted».
La otra disparidad salarial de las mujeres en relación a los hombres es el denominado «techo de cristal» que se refiere a la dificultad de las mujeres de acceder a los puestos de dirección de las empresas. Es decir, que a pesar de estar tan preparadas como sus compañeros, encuentran más problemas para ascender en las empresas.
Teamblabs, también ha organizado un maratón colaborativo bajo el título «Cambiar el juego. Play for women rights». Se trata de un juego de mesa en el que se proponen nuevas formas de dar a conocer y visibilizar la lucha que las mujeres realizan en la sociedad. Según destacan los organizadores se trata de un hackathon, habitual en el sector tecnológico, pero que, apuesta por un encuentro con un formato que elimine la competitividad y aporte una nueva óptica. Premiando los procesos creativos, la participación y la experiencia.
Bajo el título «Algunos techos rotos. Mujeres líderes a través de los ojos y el talento de mujeres creativas», el Club de Creativos, presenta en San Sebastián, una exposición de piezas de arte inspiradoras de “la mujer en el trabajo”. Se trata de una muestra itinerante que se podrá ver también fuera de Gipúzcoa. Son ingenieras, biólogas, médicas, investigadoras, artistas, juezas, empresarias y directivas. Mujeres contemporáneas y de nuestro país que han triunfado en su profesión y que constituyen la prueba de que ni la capacitación, ni el talento, ni la dedicación, ni el éxito es cuestión de género. Ellas son la evidencia del talento femenino y también del estímulo para perseguir la igualdad de oportunidades.
Treinta mujeres líderes en sus áreas de actividad, mostradas a través de los ojos y el talento de profesionales creativas, que han allanado el camino a las siguientes generaciones. Una muestra, a favor de una igualdad que muchas veces la sociedad se resiste a reconocer. Mientras María, hace cábalas para que su pensión le permita llegar a final de mes… y si puede reparte algo entre sus hijos.