La ESA facilita el acceso de las pymes a la investigación espacial
La Agencia espacial Europea inició en 2003 un proyecto de incubadoras para pymes. Se llaman BIC, y en estos momentos funcionan 16 en 12 países. En España las primeras microempresas se acogieron en 2014 en Barcelona. Ahora lo hace Madrid.
Una incubadora es un aparato que permite cuidar a recién nacidos prematuros para facilitar su desarrollo y evitar que los agentes externos afecten a los bebés. Algo parecido pasa con las empresas que necesitan una alta tecnificación. Necesitan tener acceso a las tecnologías más especializadas, ayudas económicas, contactos…. y curiosidad, añade el director general de la ESA, Jan Wöerner. «La curiosidad es algo raro, es más fuerte que cualquier tecnología puntera que podamos tener, es lo que lleva al hombre a descubrir cosas nuevas».
Estas incubadoras o viveros prestan su apoyo a los emprendedores seleccionados, les proporciona una completa asistencia comercial y técnica, para ayudarles a poner en marcha negocios que apliquen la tecnología espacial a ámbitos industriales, científicos y comerciales ajenos al espacio, pero relacionados con las investigaciones que la Agencia realiza en el espacio. El programa que tiene más éxito es Galileo, el GPS europeo, que está facilitando la creación de nuevos negocios.
Gekonavsat, esta desarrollando un aparato que permite un guiado sensorial mediante unos auriculares y un teléfono móvil. En un principio fue pensado para ayudar a las personas con discapacidad visual a orientarse pero vieron que también tenía otras posibilidades que amplían la capacidad de su negocio. Rafael Olmedo, máximo responsable de la empresa, explica a Canal Europa que «en el guiado sensorial tenemos distintos públicos, principalmente está pensado para que lo utilice una persona con discapacidad visual, pero también es útil para aquellos que desarrollan cualquier actividad en un entorno hostil y necesita tener las manos libres, o no puede desviar la vista del terreno porque tiene una situación complicada y no ve el dispositivo móvil». Estos dispositivos facilitan el seguimiento, orientación y localización en condiciones difíciles, bomberos que están apagando fuego, montañeros o socorristas con poca visibilidad debido a una espesa niebla, o sirve para medir la posición, orientación y movimiento en el mar.
Para apagar un gran incendio es necesario trabajar contra el foco durante las 24 horas del día, pero debido a la poca visibilidad por la noche es imposible que vuelen los aviones. Para los drones no es un problema, no corren riesgos. Una propuesta empresarial añade soluciones enviando un gran avión de carga que traslada estos aparatos teledirigidos. Alexander Burwitz, ingeniero y director ejecutivo de Nitrofirex, nos explica que su proyecto permite «que se carguen hasta doce drones en un A400, que sería lo equivalente a la mitad de la flota de apagafuegos que hay en España. Durante la noche el avión los lleva a la zona y los lanza por la parte trasera, luego los aparatos descargan con gran precisión el agua en el área prediseñada y regresan a la base para volver a ser reutilizados».
La ESA, con la colaboración de las grandes corporaciones pone al servicio de la industria sus avances tecnológicos, de esta forma las grandes inversiones que realizan los países benefician también a la sociedad civil de forma directa. Y estas a su vez también pueden aportar una parte de su conocimiento. Para muchos de estos emprendedores las ayudas financieras que reciben son importantes pero insuficientes, les facilita la ayuda a una importante tecnología, imposible de acceder a ella si no fuera mediante estos acuerdos y destacan que lo más importante es el apoyo que reciben. Rafael Olmedo es consciente de que «ellos están en una actitud proactiva, pero hasta cierto punto. Nosotros somos los que de alguna forma hemos de aprovechar la oportunidad de ser una empresa que está en el vivero, para intentar sacarle todo el partido. Si no lo hacemos, es culpa nuestra, no de la Agencia Espacial Europea».
Los Business Incubation Centres (BIC) puestos en marcha por el Programa de Transferencia de Tecnología tienen como objetivo ayudar a los emprendedores a convertir sus ideas de negocio relacionadas con el espacio en empresas comerciales, así como ofrecer conocimientos técnicos expertos y apoyo para su desarrollo empresarial.
Los 16 BIC o viveros de empresas ayudan a crear negocios viables y nuevos puestos de trabajo, ofreciendo respaldo a más de 130 empresas en Europa. Los viveros están instaladas en Noordwijk (Holanda), Darmstadt, Baviera, (Alemania), Lazio (Italia), Harwell (Reino Unido), Wallonie Redu y Flandes (Bélgica), Madrid y Barcelona. Nueva Aquitania, Occitania y Provenza-Alpes-Casta Azul en el sur de Francia, Coimbra (Portugal), Lulea, Upsala y Göteborg en Suecia, Praga (República Checa), Graz (Austria), Cork (Irlanda), Zúrich (Suiza).
Hasta el momento, más de 400 compañías emergentes se han visto beneficiadas por la iniciativa. «Queremos inteactuar con gente inspiradora. Para trabajar en el futuro necesitamos gente inspirada y no personas frustradas, por problemas como el cambio climático, el terrorismo o la crisis económica», dice el presidente de la ESA.
El presupuesto de la Agencia Espacial Europea en 2016 fue de 5.200 millones de euros. Los países que más aportan son Alemania con 872 millones de euros, Francia, 844 millones e Italia, 512. Lejos de ellos, España aporta 152 millones. Ese dinero no solo se destina a lanzadores, vuelos tripulados o exploración espacial, sino también a otras actividades relacionadas con el espacio como la observación de la tierra, las telecomunicaciones, las exploración robótica o soporte tecnológico.
Lo importante para la ESA es que la investigación que realizan los científicos regrese a la ciudadanía, a través de la colaboración con las universidades y con el tejido empresarial.
Compartir esta información
