Los Sanfermines 2016 han sacado a la luz una de las partes más negras de las fiestas: las violaciones y agresiones sexuales que se comenten cada año, pero que en esta edición se han hecho públicas y han provocado concentraciones masivas, -en las que también han participado las instituciones y las peñas sanfermineras-, contra lo que está considerada una de las lacras de la sociedad europea.
Hasta el 13 de julio se han denunciado en Pamplona, cuatro violaciones, un intento de violación y siete abusos sexuales. En 2015 hubo cuatro denuncias por agresión sexual y en 2014, cinco, aunque en aquella ocasión los datos no se hicieron públicos. El caso más grave en la historia de estas fiestas de renombre internacional, fue el asesinato de la joven Nagore Lafagge el 7 de julio de 2008, estrangulada por José Diego Yllanes, por negarse a mantener relaciones sexuales con él.
«No, es no», fue el grito unánime en la concentración del 7 de julio en Pamplona. Miles de personas mostraron una mano roja con ese lema, para condenar la violación de una mujer de 19 años la víspera del chupinazo de este año. Tras la denuncia en comisaría fueron detenidos los cinco presuntos agresores, uno de ellos un guardia civil, que habían filmado el delito. El consumo de alcohol y drogas y el ambiente de desinhibición provocan según los responsables de igualdad del ayuntamiento pamplonica que muchos piensen que «el territorio festivo se amplía al cuerpo de las mujeres».
Los graves ataques contra mujeres en Pamplona no son un hecho aislado en Europa. En las celebraciones del año nuevo en Colonia, se denunciaron unas 500 agresiones sexuales y es un drama habitual durante los carnavales y otras fiestas populares en el continente. En 2014, la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, presentó un estudio sobrecogedor sobre la violencia contra las mujeres, que en la mayoría de los casos se da en el entorno familiar y laboral. El informe «Violencia de género contra las mujeres: una encuesta a escala de la UE«, recoge que una de cada cinco mujeres mayores de 15 años (el 22%) ha sido víctima de violencia física por parte de alguien diferente de su pareja. El 33% de las europeas ha sufrido violencia física o sexual, el 5% han sido violadas y el 18% ha soportado algún tipo de acoso. Se calcula que el 45% de las mujeres que viven en la UE han sido víctimas de acoso sexual al menos una vez en su vida. Sin embargo, el 70% nunca lo había denunciado.
Las europeas siguen sin denunciar, porque según Rosa Logan, cofundadora de la Red Europea de mujeres contra la violencia en Europa, «las víctimas se sienten avergonzadas, y eso que en nuestras democracias, no tendría que haber mujeres que tengan miedo a denunciar».
El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muižnieks, añade que «esto es comprensible ya que con mucha frecuencia, los poderes públicos no ayudan a las mujeres que han tenido el valor de denunciar lo que les ha sucedido. Como muestra la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a menudo los Estados no solo no las protegen, sino que ni siquiera cumplen con su obligación de investigar debidamente los casos de violencia de género, ofrecer soluciones eficaces o adoptar las medidas adecuadas para evitar más violencia».
Un estudio reciente del Consejo de Europa muestra que, a pesar de que se proporciona a la policía de 44 Estados, de los 47 del Consejo, una formación profesional sobre la violencia contra las mujeres, sólo 29 de ellos ofrecen una formación continua específica a sus policías. «Esta falta de formación podría muy bien ser una de las razones de los malos resultados de la policía en muchos países en el trato con las víctimas. Según algunas fuentes, en algunos casos habrían tratado de persuadir a las mujeres de que no presentaran una denuncia».
El estudio presentado en 2014 es el mayor de este tipo que se ha realizado a nivel mundial y recogió la opinión de 42.000 mujeres de los veintiocho Estados miembros, de 18 a 74 años (1.500 por cada Estado miembro). Dejó claro que las agresiones contra las mujeres siguen siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendida en el día a día de Europa y la violencia en la pareja sigue estando entre las principales causas de muerte no accidental, lesiones y discapacidad de las mujeres.