La Agencia Europa para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) calcula que el estrés de los trabajadores tiene un coste económico de 136.000 millones de euros al año, la mayor parte de esas pérdidas están provocadas por las bajas laborales. Eso supone entre el 2,6 y el 3,8% del PIB comunitario y convierte a las enfermedades psicológicas en el segundo problema de salud laboral más frecuente en Europa.
Se estima que entre el 50 y el 60% del absentismo laboral se debe a las consecuencias psicológicas del estrés, que se ha convertido en una de las enfermedades más comunes de los trabajadores. Pese a que los gestores de las empresas ven el estrés como un problema, sólo el 26% toma medidas contra ello. De hecho, 8 de cada 10 trabajadores lo consideran uno de los mayores riesgos laborales, y los empresarios lo consideran «una carga importante para la productividad laboral». La directora de la Agencia europea especializada en salud laboral, la austríaca Christa Sedlatschek, lamenta que la crisis financiera y la transformación del ámbito laboral someten a los trabajadores a exigencias crecientes, a lo que hay que añadir la situación de estrés que viven los trabajadores en paro o con un alto índice de precariedad laboral.
El acoso y la violencia por parte de terceros en el trabajo, especialmente el acoso sexual, son riesgos ocultos que también contribuyen en gran medida a crear estrés y pueden provocar problemas de salud laboral, repercutiendo negativamente en el rendimiento de la empresa y los resultados empresariales.
En los últimos meses, uno de los colectivos que más está sufriendo una situación de estrés son las personas dedicadas al control de fronteras y a la atención a refugiados que llegan a Europa huyendo de guerras. Para los responsables de la Agencia europea crear un buen entorno psicosocial en el trabajo es «crucial para tener una mano de obra satisfecha, sana y productiva».
EU-OSHA, tiene publicada en su web una guía, en 30 idiomas, que orienta tanto a pequeñas empresas como a sindicatos y trabajadores para hacer frente a los riesgos psicosociales que presenta cada puesto de trabajo. El informe se realiza después de comprobar que el 53% de los empleados no tienen suficiente información para detectarlos o poder gestionar esa situación.
Si las empresas, los trabajadores y las administraciones «toman medidas oportunas contra el estrés, se reducirán el absentismo y los accidentes laborales, lo que beneficiará, de forma directa, a la economía europea porque el estrés acaba destruyendo la creatividad de los empleados», señalan responsables laborales de la UE. La Secretaria de los Sindicatos Europeos ETUC/CES, Esther Lynchs, recuerda que «el temor al desempleo es otro factor de riesgo psicosocial» y el representante de la patronal europea, Kris de Meester, defiende que «para conseguir entornos saludables es fundamental el papel del buen líder».
EU-OSHA, presentaba hace unos meses los resultados principales de la segunda encuesta europea en las empresas sobre los riesgos nuevos y emergentes. El objetivo de ESENER-2, era averiguar cómo se gestionan realmente la seguridad y la salud, y en particular los riesgos nuevos y emergentes, somo son los de tipo psicosocial. Se estudiaron unas 50.000 compañías, incluidas las microempresas con 5-10 trabajadores. El informe se realizó en 36 países, incluidos los 28 estados miembros de la UE, lo que ofrece una imagen completa de cómo se gestiona realmente la seguridad y la salud en los lugares de trabajos europeos, y permitirá formular políticas a escala nacional y europea.
El factor de riesgo más común entre los encuestados es tener que tratar con clientes, pacientes, alumnos, etc. difíciles (el 58 % de los centros de trabajo de la EU-28), lo que refleja en parte el crecimiento continuo del sector de los servicios. Los factores que causan trastornos musculoesqueléticos (TME), como las posturas que producen cansancio o dolor y los movimientos repetitivos de la mano o el brazo, se citan muy a menudo en todos los sectores de actividad.