Wakana, un paraíso para gozar de la naturaleza

El Parque Natural de los Alcornocales está situado al este de la provincia de Cádiz. Supera las 170.000 hectáreas y abarca terrenos de 14 municipios gaditanos, y varias fincas malagueñas.

Su situación entre dos mares origina un clima húmedo con temperaturas cálidas y templadas, ideales para este árbol. En esta zona está el bosque de alcornoques más extenso de la península. Junto a él crecen los algarrobos y los acebuches, -el olivo salvaje-, que marcan el bosque mediterráneo. Ente los animales que habitan las serranías de alrededor, destacan las aves, como el águila culebrera, el ratonero común, los buitres leonados y negro, cernícalos, cigüeñas, petirrojo, garzas y cormoranes que buscan el agua d los lagos de la zona.

Una zona habitada desde el neolítico, como muestran las numerosas cuevas existentes, algunas con pinturas rupestres de más de 6.000 años de historia y que a diferencia del resto de cavidades existentes en Europa, aquí los artistas del neolítico dibujaban los animales que tenían más cerca: las aves migratorias, que descansaban en estas tierras de un largo viaje, antes de seguir su camino hacia Europa o África, dependiendo de la época del año. También hay dólmenes, que hablan de esa presencia humana en esta esquina de la península Ibérica.

Wakana, un proyecto integral

Julia Catalán y su familia, han desarrollado un proyecto integral turístico-lúdico en esta zona. Wakana, un nombre ancestral que para los indios sioux significaba sagrado y para los japoneses, armonía musical. La família Catalán Díez, compraron unas 20.000 hectáreas (unas en propiedad y otras con una concesión de 75 años) y abrieron Wakana, el único acceso a dos lagos que hay en la zona y donde naturaleza es sinónimo de paz, armonía, sosiego y tranquilidad… también de diversión. Formado por un lago con tres islas, se encuentra a 6,5 kilómetros de Benalup-Casas Viejas, a 60 kilómetros de Sotogrande y 40 de Tarifa.

Un modelo sostenible, friendly, donde se organizan campamentos infantiles, juveniles, un festival boutique, concursos de fotografía, recorridos deportivos y actividades al aire libre, principalmente yoga. El alma mater de este proyecto familiar es Julia Catalán, quien nos asegura que Cádiz está relacionada con la tierra, y que el lugar es un espacio increíble, tan mágico como la palabra Wakana. «Es un sitio de conexión con la naturaleza y con uno mismo, y a la vez de desconexión de la vida ajetreada de la ciudad, las prisas». Aunque a Wakana llega gente que quiere desconectar y otros que prefieren practicar actividades deportivas.

La mayoría de los visitantes busca paz y tranquilidad. «Es uno de esos lugares de la tierra que tienen energía, nos dice Julia, cuando llegas no te deja indiferente y cuando te vas no quieres dejarlo». «Muchos de nuestros clientes nos dicen que se van con una sensación muy buena, especialmente los que practican yoga o las mil personas que tienen acceso al Festival boutique que organizamos cada año».

Wakana Reunión, así se llama el certamen empezó el año pasado y en la edición de 2019 se celebrará entre el 17 y el 19 de mayo. Full Moon Edition es un encuentro salvaje donde naturaleza, música y arte se fusionan, bajo un especial sentido de la amistad. Participan unos 42 artistas de todo el mundo y el público, 1.000 personas, también llegan de diferentes lugares. Los músicos se encargan de amenizar el encuentro con música instrumental en directo durante el día y sesiones electrónicas por la noche, se adecúan espacios para ceremonias, otro para sesiones de yogas y tres zonas de comida.

Entre los participantes están Mira, Kalabrese, Geju, Dorado, Omar Dahl o Tribu Oro. Los asistentes pueden practicar actividades acuáticas (paddle surf, waterski & waterboard, kayak), yoga, masaje ayurvédico, rituales místicos, meditación o disfrutar de la gastronomía gaditana. Las entradas pueden adquirirse a través de su página web, mediante un código de acceso privado. Para obtener la clave hay que escribir un mensaje con los motivos por los que se quiere participar.

«Nos llegan solicitudes muy bonitas», dice Julia y añade que «queríamos evitar la palabra festival, porque en España tiene unas connotaciones muy concretas que no están en la esencia del certamen». El año pasado fue la primera edición «no sabíamos como iba a ir, pero la gente disfrutó mucho, y ahora van a repetir y van a traer amigos».

Gente wakana, «es un término que habla de personas que se sienten en paz, quieren conocer otra gente buena, disfrutar de la vida, de una puesta de sol o de un ambiente muy especial». Es como un campamento de verano, «donde uno se va con la buena sensación de haber conocido a gente nueva y nos explican que cuando están en el trabajo, les surgen sonrisas espontáneas, mientras recuerdan los momentos que pasaron aquí… y eso es muy bonito».

Para dormir se puede escoger entre un tipi indio, una yurta o un cortijo, se puede viajar solo, en familia o en grupo. Todo es posible en este lugar «guay». Catalán nos explica que al principio iba a ser un proyecto educativo en la naturaleza (su madre es una reconocida educadora -Sonia Díez-), «pero la gente venía y unos nos decían que querían celebrar su boda aquí, otros que querían hacer yoga, o comer en una barbacoa y otros pedían que hicieramos un campamento de verano».

Así que decidieron diversificar los proyectos en cinco grandes áreas: wellness y lifesyle, campamentos de verano, viajes corporativos, área para particulares que quieren mantener reuniones familiares más o menos grandes y otra a la que se denomina BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones o Cumpleaños). Todo parece caber en Wakana, y todo está pensado en sintonía con la naturaleza.

Además de Wakana Reunion Full Moon, el Wakana Summer Camp y Wakana Camps, dirigidos a los más pequeñós en primavera y verano, la empresa también organiza una interesentísima Feria Internacional de Fotografía de Naturaleza en noviembre (Photonature), con las inestimables orientaciones de importantes fotógrafos de naturaleza y animales. En septiembre-octubre se organizan excuriones para disfrutar de la berrea y se pueden hacer recorridos a caballo, en bici, participar en talleres. En Semana Santa celebran el Mad Hatters un campamento para adolescentes, dedicado a la producción cinematográfica, el 1 de mayo la Ruta ciclistas dos bahías y Festival de vida, entre el 11 y el 13 de agosto, realizado conjuntamente con la Fundación Sandra Ibarra, para celebrar la vida con pacientes y supervivientes de cáncer. Porque la solidaridad también tienen lugar, es primordial, en Wakana.

La idealista de este proyecto, Julia Catalán, nos despide asegurando que «Wakana es para todas las personas que les guste conocer gente, estar en contacto con la naturaleza y disfrutar de ello…. y muchos repiten». Sin duda son ¡gente Wakana!