¡Vaya bichos!, acerca la ecología a los peques
La francesa «¡Vaya bichos!» está destinada a un público muy infantil, es fácil de ver, pero no aporta ninguna idea nueva y queda lejos de la divertida «El malvado zorro feroz», que la misma distribuidora acontracorriente films, nos deleito al principio del verano.
Nos presenta a unas abejas que están a punto de perder la colmena tras la desaparición de la reina Margarita. El único aspecto a destacar es que a través de la animación se muestra, aunque muy superficialmente, la importancia de estos pequeños insectos para mantener la vida de los bosques y de algunos ecosistemas.
Los pequeños descuren a Apolo, un grillo viajero de gran corazón que llega a la ciudad de los pequeños bichos en un momento en que el reino está amenazado por la malvada avispa Huguette que ha secuestrado a la Reina, la abeja Margarita. El grillo, ayudado por una abeja y un piojo muy divertido, se lanzan a una peligrosa misión de rescate.
Su antecesora francófona en nuestras pantallas, llegó hace unos meses, «
El malvado zorro feroz«, está marcada por la plasticidad, el ritmo y el humor. Basada en la obra de Benjamin Renner, creador de la galardonada Ernest y Celestine (nominada a los Oscar y ganadora del premio a la Mejor Animación Europea), fue un éxito en pantalla y un manual de convivencia entre especies, donde los personajes se enfrentan a sus propios errores una y otra vez, demostrando la importancia de la perseverancia.
Los animales son también los protagonistas, en ¡Vaya bichos!. En este caso los insectos. Como dice el realizador francés, Arnaud Bouron, para muchos espectadores, esta será la primera película que ven en su vida. «Y me tomo esta responsabilida en serio». Quizá un libro de Antoon Krings sea la puerta de entrada a la literatura o al cine. Una película que nos recuerda a series como la abeja Maya o largometrajes como Dumbo o La cenicienta, Blancanieves y los siete enanitos… y tantas otras que pudimos disfrutar durante nuestra primera infancia. En muchos casos las primeras películas que vimos en una sala de cine.
Las fábulas se han cultivado desde la antigüedad. Uno de los primeros fabulistas, o bien, de los primeros que tenemos referencia, es el griego Esopo, y fueron los escritores Félix de Samaniego, español, y Jean de La Fontaine, francés, los que desarrollaron de manera excepcional este estilo literario, principalmente dirigido al público infantil. Caracterizado por la enseñanza de determinados valores, suelen ser historias muy sencillas, de gran carácter didáctico. Ese es uno de los objetivos primordiales de esta película, muy sencila en su argumento, pero que tiene una lectura a la vez política y ecológica.
La malvada Huguette es vengativa, Apolo un vagabundo, extranjero y acusado de todos los males que ocurre en el pequeño reino de las abejas. Krypton representa la fuerza oscura que quiere modelar a su manera el mundo que le rodea. Y es Apolo, el extranjero y la abeja Teresa, acogida en el bosque, los que lideran la operación de salvamento de la reina, que se debate entre sus obligaciones y su deseo de libertad. Una reina que es un todo, el jardín y la naturaleza con la que descubrimos que el orden cósmico es demasiado frágil y un circulo vital.
Sphinx, un irreductible bandido, que dirige a sus malvados secuaces, sirve de última moraleja. Siempre debemos saber cuando el mal puede volverse contra uno mismo». Aún estamos a tiempo de reconducir la situación.
Título original: Drôles de petites bêtes
Director: Arnaud Bouron, Antoon Krings
Guión: Arnaud Delalande, Christel Gonnard, Antoon Krings
Nacionalidad: Francia
Género: Animación
Año: 2017