«Soy Nevenka», ha capturado la atención del público en España, porque ha recordado un caso que dividió al país entre los que creían en su denuncia y los que la criticaron, incluidos importantes medios de comunicación. Su caso está considerado el primer «me too» de España que ha dejado una huella significativa en la sociedad española, al abordar su relación con el entonces alcalde ponferradino.
La película se adentra en la vida de Nevenka Fernández, la primera mujer que denunció públicamente el acoso sexual contra un dirigente político. Este filme no solo narra su terrible experiencia personal con el alcalde de Ponferrada en 2000, sino que también aborda temas fundamentales como el machismo, la violencia de género, la importancia de la sororidad femenina en la sociedad y la falta de empatía de una parte de la sociedad controlada y engañada por los poderes locales, además del sentimiento de culpabilidad de las víctimas, que se encuentran solas ante su exhausta experiencia vital.
Aún hoy en día, los ciudadanos ponferradinos no han pasado página de este atroz caso de acoso psicológico y sexual sufrido por la concejala durante sus años de actividad política municipal. El actual ayuntamiento impidió que la película, dirigida por Icíar Bollaín, no pudiera rodarse en esa población y se tuviera que trasladar hasta Zamora. La presencia de público en las salas de la población leonesa ha sido testimonial: una de las más bajas que ha registrado el film en España.
La película comienza con el relato de Nevenka, siguiendo su trayectoria, desde el momento en que la joven, de 24 años, acepta formar parte como número 3 de la candidatura de Ismael Álvarez. Un político con gran experiencia, ya que además de concejal y alcalde había sido senador y miembro de las Cortes de Castilla y León. En un entorno dominado por el machismo, su denuncia contra su superior fue un acto de valentía que desató una ola de reacciones tanto en su comunidad como en los medios de comunicación.
El contexto en el que se desarrolla su historia es clave. En una época en la que las denuncias por acoso eran minimizadas o desestimadas, ella se convirtió en un símbolo de resistencia.
«Soy Nevenka» no es solo un relato personal; es un llamamiento a la acción y pone de relieve cómo el sistema judicial y la sociedad en general han fallado a las mujeres que sufren acoso. A medida que avanza la narración, el filme invita al espectador a reflexionar sobre la cultura de la impunidad y el silencio que a menudo rodea estas situaciones.
La película ha generado un amplio debate sobre la necesidad de cambios en las políticas laborales y en la educación, sobre el consentimiento y el respeto en el ámbito laboral. La valentía de Nevenka ha inspirado a muchas otras mujeres a compartir sus propias experiencias, contribuyendo a un movimiento más amplio en defensa de los derechos de las mujeres.
En la Unión Europea, una de cada cinco mujeres ha sido o será víctima de la violencia de género a lo largo de su vida y una de cada diez será violada u obligada a realizar actos sexuales.
La violencia contra la mujer es algo habitual en todas las sociedades y en casi todas se tolera, porque ocultarlo es una forma de tolerancia.
«Soy Nevenka» es más que un a película; es un testimonio potente de la lucha contra el acoso sexual y una invitación a no permanecer en silencio. Su determinación resuena en un momento crítico en la sociedad, donde las voces de las mujeres están empezando a ser escuchadas con mayor fuerza y donde el machismo aumenta entre la población masculina juvenil y de mediana edad.
Al final, esta película no solo busca contar una historia, sino también inspirar un cambio cultural y social necesario para erradicar el acoso y la violencia de género.
Con su mezcla de vivencias impactantes y un análisis profundo, «Soy Nevenka» se convierte en una obra esencial que no debe pasarse por alto. Su impacto perdurará en la memoria colectiva, empoderando a futuras generaciones en la lucha por la igualdad y el respeto.
Aunque no es un gran film vale la pena su visionado para recorrer junto a la joven el infierno sufrido a lo largo de dos años, con crisis de ansiedad, noches de pesadillas, deterioro físico, y el enfrentamiento a las críticas de los medios de comunicación de ámbito nacional y al escrutinio público de su vida privada y sexual. Además de lidiar con las consecuencias de haber levantado la voz contra un personaje con tanto poder local.
Inspirada en el libro ‘Hay algo que no es como me dicen’ de Juan José Millás, publicado por Alfaguara, la película se erige como un símbolo de empoderamiento para muchas mujeres que, como Nevenka, han sufrido en silencio. Su historia inspira a otras a romper el silencio y a buscar justicia.
También aborda la reacción de la sociedad ante la denuncia de la concejal ponferradina y muestra cómo, a menudo, las víctimas son cuestionadas y desacreditadas, mientras que los agresores permanecen en posiciones de poder.
En un contexto donde el machismo aún está profundamente arraigado, la cinta se convierte en un llamamiento a la acción para erradicar estas prácticas y crear un entorno más seguro y justo para las mujeres.
Zamora y Vizcaya son, los escenarios del último largometraje de Icíar Bollaín, que inició el rodaje en Bilbao. Mireia Oriol y Urko Olazabal protagonizan esta historia inspirada en el caso real de Nevenka Fernández, concejala del Ayuntamiento de Ponferrada, que fue la primera mujer en España que consiguió la condena a un político por acoso.
Isa Campo firma el guion junto a Bollaín, que explica que «lo que más me impresiona de la historia de Nevenka es que es la de un abuso que ocurría en parte a la vista de todos, en un contexto que lo permitía. Nevenka se enfrentó al hombre más poderoso de su ciudad, Ponferrada, en contra de la opinión de casi todos los que la rodeaban y de forma pública, algo épico hace 20 años. Y aunque ganó la batalla legal, se quedó sola frente a una sociedad muy distinta a la de hoy, que le dio la espalda.»
Ricardo Gómez, Carlos Serrano, Lucia Veiga, Luis Moreno, Javier Gállego, Mercedes del Castillo y Font García completan el reparto del film.
Desde su estreno en el Festival de San Sebastián, «Soy Nevenka» ha generado un debate sobre el acoso sexual y el machismo en España. Ha sido aclamado por su valentía y su enfoque sincero, logrando conectar con el público y creando conciencia sobre un tema que, aunque ha sido ampliamente discutido, aún necesita atención y acción.
Al dar voz a Nevenka Fernández, el film no solo narra su historia, sino que también invita a la sociedad a reflexionar sobre sus propias actitudes y a trabajar por un cambio real y se convierte en un poderoso recordatorio de la importancia de escuchar y apoyar a las víctimas de acoso y abuso.
Por presentar la denuncia pagó un alto precio y tuvo que exiliarse fuera de España, donde ha rehecho su vida familiar, pero no la social en su pueblo, porque para muchos sigue siendo la culpable de lo ocurrido, a pesar de que la justicia condenó al Ismael Álvarez a pagar 12.000 euros.
Casi 25 años después de los hechos narrados, ella vive fuera del país y él dimitió, pero años más tarde regresó a la política y en la actualidad es un empresario local.
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