Unos relojes parados en el tiempo… a la hora en que cayó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, un pendrive enviado a la redacción del diario Berria, en el que se recoge el anuncio del cese definitivo de la actividad armada de ETA el 20 de octubre de 2011. Objetos cotidianos que son testimonios del final de un conflicto. Son algunos de los materiales que se pueden ver en la exposición Tratados de paz 1516-2016, convertida en eje central de la capital cultural europea San Sebastián DSS2016. Donostia quiere también extender su en otras localidades vascas, por lo que se han organizado siete exposiciones itinerantes, además de un monografíco sobre José María Sert y la Sociedad de Naciones, y un homenaje a Francisco de Vitoria, uno de los ideólogos del derecho internacional de la denominada escuela de Salamanca.
Cuadros como «Asedio a San Sebastián durante el siglo XIX, «El combate de mujeres», de José de Ribera, el «Tratado de los Pirineos», pintado por Jacques Laumosnier, en 1656, o «Muchachos jugando a soldados» de Goya, son algunas de las obras que ayudan al visitante a reflexionar sobre la importancia de la paz, en un continente que sabe mucho de conflictos y de construcción de la paz. Uno de los cuadros simbólicos es «Tug of War» de Juan Luis Moraza, una obra que profundiza sobre el tira y afloja que se produce en toda negociación de paz.
La exposición de San Sebastián, quiere rendir también un homenaje al papel de los museos como símbolo de paz. Los organizadores de la muestra recuerdan que el primer gran museo que se construyó, el Louvre, es una celebración del triunfo del pueblo tras la revolución francesa, convertido en un espacio de democratización de la cultura, aunque aumentó sus fondos con botines de guerra conseguidos tras las victorias napoleónicas.
La historia europea está jalonada de este tipo de acuerdos. La paz de Westfalia, que para los historiadores supuso el inicio del nuevo orden internacional en el continente, el Tratado de Utrecht puso fin a la guerra de Sucesión española, en la que se vieron implicadas varias monarquías europeas…. o la famosa paz de Vergara, firmada en la población guipuzcoana de Oñate con la que se finalizaba las guerras carlistas en España.
Uno de los más importantes acuerdos de los últimos siglos es el Tratado de Versalles, firmado el 28 junio de 1919, en el salón de los espejos del palacio de esa histórica ciudad francesa, que puso fin a la primera guerra Mundial. Por desgracia, un ejemplo de un mal acuerdo, que aunque puso fin a los combates en el campo de batalla y en las ciudades, no cerró bien las heridas creadas durante la contienda… una de las partes en conflicto lo consideró una humillación creando el germen de la segunda guerra mundial, 20 años después.
San Sebastián, una de los dos capitales culturales europeas de 2016, quiere ayudar a ciudadanos y expertos a reflexionar sobre lo importante que es que los tratados de paz sean equidistantes con todas las partes en conflicto. Una buena ocasión para viajar a la capital donostiarra, que ha organizado unas 400 actividades a lo largo del año.