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Ruta turística del Sena en Normandía

Foto Turismo Le Havre

El Sena se despide de Francia en la ciudad portuaria de El Havre, con más de 500 años de historia y considerada patrimonio de la humanidad, precisamente no por su antigüedad, sino por su modernidad. Es el primer espacio urbano construido en el siglo XX que ostenta esa distinción. Destruida a finales de la II Guerra Mundial, el estudio del arquitecto Auguste Perret, tuvo que reconstuirla en un tiempo récord para dar cobijo y una vivienda digna a unas 80.000 personas.

Su centro administrativo, no es un gran atractivo turístico, pero sí tiene un gran interés arquitectónico… empezando por los edificios de línea simple, diseño sencillo, un ejemplo de arquitectura clara y luminosa, que proyectó Perret, el poeta del hormigón. La otra obra que destaca en la ciudad es la iglesia de San José, con un cimborrio octogonal de 11 metros, representativa de la reconstrucción europea tras el último conflicto bélico continental. La ciudad ha roto esa linealidad que le imprimió Perret con los sinuosos volcanes blancos del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, con las modernas esculturas instaladas en diferentes puntos de la ciudad, especialmente un arcoiris construido con containers del puerto, o con el MuMa, el Museo de arte moderno André Malraux, situado junto a la terminal de cruceros. Muy cerca está el Honfleur Normandy Outlet, el primer pueblo de marcas del gran oeste, convertido en una atracción para el turismo de compras, con un centenar de tiendas que ocupan unos 18.000 m2.

Al otro lado del Sena, cruzando el puente de Normandía, dos poblaciones con un encanto e historias muy especiales. El pequeño puerto de Honfleur y el atractivo balneario de Trouville-sur-Mer. La fachada marítima y el paseo paralelo a la larga playa de arena fina siguen mostrando el glamour de finales del siglo XIX, cuando se convirtió en un lugar de referencia turístico de la alta burguesía francesa. Tomado por los aristócratas parisinos, durante unos meses -en verano- se llevaban a los grandes modistos y joyeros desde la capital  hasta la playa, para poder seguir exhibiendo sus riquezas.

Hoy en día no es necesario poseer esas riquezas para poder disfrutar de su playa y degustar en el mercado unos excelentes mariscos y pescados recién capturados, junto al puerto…. Las tiendas y restaurantes de ese lugar, son ya un placer para la vista, donde se expone una gran variedad de mariscos que pueden consumirse en plena calle.

Al norte de Le Havre esas playas de arena fina se convierten en guijarros y en una costa escarpada, con los imponentes acantilados que se extienden a lo largo de unos 150 kilómetros. Os aconsejo recorreros por mar y por tierra, aprovechando las mareas altas y bajas, y las decenas de senderos que se han ido marcando a lo largo de los siglos bordeando las cumbres de los acantilados. Una mezcla de piedra blanca y laderas verdes…. desde el mar se ven las rocas calizas sobre nuestras cabezas y desde la altura, se disfruta de abismos de vértigo. Etretat es uno de los puntos privilegiados para disfrutar de las dos experiencias visuales y emocionales. Antes de llegar al coqueto pueblo, podemos visitar unos originales jardines, donde se mezclan dos obras de arte: las que nos ofrece la naturaleza, con unas bonitas vistas al canal de la Mancha, y las humanas, con esculturas sonoras, cabezas que expresan sentimientos y figuras humanas que luchan por defender el medioambiente.

La ciudad más importante de esta parte de la costa normanda es Fécamp, residencia de los Duques de Normandía hasta 1204. En el centro del puerto sobre el islote central del grand muelle, hay una antigua cámara de secado de bacalao, convertido en museo de la pesca. Sus 5.000 m² sumergen al visitante en la historia de estos bravos pescadores que durante meses capturaban bacalao en las gélidas aguas de Terra Nova, frente a las costas de Canadá.

Ruta turística por Normandía (escucha el texto en podcast)

En el centro histórico encontramos la Abadía de la Santísima Trinidad y la capilla de Nuestra Señora de la Salud. Además del insólito edificio del Palacio Benedictino, inspirado en el gótico-renacentista, que acoge la destilería que durante siglos ha producido el célebre licor DOM, un elixir para la salud, que el empresario Alejandro El Grande convirtió en bebida digestiva, mezclando 27 especias, de diferentes lugares del mundo, que sigue siendo una receta secreta. Una receta que mezcla mirra, enebro, azafrán, cardamomo, nuez moscada, angélica, clavo, canela y cilantro, aunque no sabemos en que proporción. Julie asegura que nadie tiene la receta completa …. Uno de los lugares más interesantes es la bodega, con los grandes alambiques de cobre, donde se produce la destilación y los grandes toneles de roble centenario, que guardan la apreciada bebida.

Nos adentramos en el interior, pero sin dejar el agua. Cruzando el Parque Natural de los bucles del Sena, nos acercamos a Pont-Audemer… una antigua villa de curtidores, que, como nos explica Nathalie aprovecharon las aguas del río para desarrollar una gran industria de curtidoría en el siglo XVII. Surcada por canales, destacan sus casas entramadas de madera, y sus boulangeries y pastelerías que han hecho famosos los mirliton, una pasta de crema cubierta con espuma de praliné en forma de cigarrillo, cerrado en sus extremos con chocolate negro. Es el dulce más autóctono de esta población. Una bebida típica es el Pommeau o sidra.

Camino de Giverny -la puerta de entrada a Normandía desde París-, hacemos una parada en Connelles, en la ribera del Sena. Allí encontramos el antiguo molino de agua que lleva el mismo nombre de la población, convertido en un hotel de los denominados de encanto. Una parada que permite disfrutar de la tranquilidad del atardecer y amanecer sobre el río. Esta es una zona de molinos de agua, meandros y montañas escarpadas…. por los que se pueden hacer excursiones acuáticas, pasear en bicicleta o practicar senderismo.

Con Dominique Pomier descendemos desde el molino de Connelles por el río hasta Muids, a unos 40 kilómetros en línea recta, y casi una hora en su barca…. Surcamos sus aguas tranquilas aislándonos de la civilización. Dominique es un amante del Sena, lo conoce desde pequeño… y nos asegura que por sus venas corre el agua de este río, que pasa domado por París y se asilvetra en Normandía.

Moulin Connelles

En la ribera encontramos casas del siglo XVII y XVIII, Dominique también nos explica que vivían pescadores, estibadores y marineros, estrechamente relacionados con el río. En el siglo XX, los parisinos más ricos comenzaron a construir sus segundas residencias en esa misma zona.

La vegetación se vuelve salvaje y el silencio, solo roto por el motor de la barca se adueña del viaje. En Muids, dejamos a Dominique y nos dirigimos hacia Giverny, el final de nuestra ruta. Está a unos 40 kilómetros por carretera. Y allí nos deslumbra el apoteósis de los colores.

En esta pequeña población de unos 500 habitantes, está la casa del pintor impresionistas Claude Monet… con sus dos jardines, el clos normand, con miles de flores que florecen entre abril y octubre, y el fascinante jardín del agua, un elogio a los jardines japoneses, con sus nenúfares, los sauces llorones o el conocido puente verde que tantas veces pintó en sus óleos. Cuando Monet llegó a Giverny, en abril de 1883, todo el terreno era un simple bosque junto al Sena, él lo domó, lo transformó, lo creó, lo diseñó. Lo convirtió en su modelo artístico para pintar centenares de cuadros. Algunas de las plantas que él sembró siguen allí presentes. El jardinero inventó un jardín para ofrecérselo al pintor, y el artista mostró su belleza al mundo a través de sus obras.

 

Guía

Cómo llegar: Nuestro grupo voló con la compañía Vueling desde Madrid, Barcelona y Bilbao, hasta París y después en coche.
Cuándo ir: Primavera y otoño para visitar jardines, verano para disfrutar del mar.
Jardines: Giverny, Champ de Bataille, Etretat
Hoteles: Durante nuestro viaje nos alojamos en Moulin de Connelles (40, route d’Amfreville-Sous-les-Monts, Connelles). Le Grand Pavois (15, quai de la Vicomte, Fécamp). Hotel et Spa Vent d’Ouest (4, rue de Caligny, Le Havre).
Comer: Ancien Hotel Baudy (Giverny), Moulin de Connelles (Connelles), Le Sadi Carnot (Pont-Audemer), Casino (Fécamp), La Flottille (Étretat) y Le Margote (Le Havre). En todos podrán degustar la típica gastronomía normanda con toques modernos.
Paseos en barca:

 

@angelaGonzaloM
@Viaje a Itaca

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Agenda Cultural

«Caballeros. (Chevaliers)»

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Presenta por primera vez en Europa una colección excepcional de armas y armaduras europeas de la Edad Media y el Renacimiento. A través de más de 150 piezas procedentes de la colección del Museo Stibbert de Florencia, la muestra explora la figura del caballero, su papel en la sociedad medieval, su código de honor y los rituales, como torneos y justas.

La afición por los objetos de caballería renace dentro de la corriente del resurgimiento del gótico romántico que caracteriza a la Europa decimonónica.

Aborda nuevos temas, tales como la caballería francesa y bretona, el lugar de las mujeres en ese universo masculino y el mito del caballero en las artes, la literatura y el cine en los siglos XIX y XX.

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