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Rostros del terrorismo en Europa

Atentados 7-J Foto captada en Youtube
El 7 de julio de 2005, el autobús de Londres reventado en la plaza Tavistock por un ataque terrorista simultáneo en varias estaciones de metro, mostraba la impotencia de un país ante este tipo de ataques. Aquel día casi no vimos víctimas. Las autoridades británicas taparon, todo lo que pudieron, los escenarios de la masacre. Querían respetar el derecho y la dignidad de los afectados.

Murieron 56 personas y otras 700 resultaron heridas. Una de las imágenes que dió la vuelta al mundo era la de Paul Dadge, que acompañaba a una mujer con el rostro oculto por una máscara de gasa. Era la mujer sin rostro y se había convertido sin quererlo en el icono de aquella barbarie. Unas horas más tarde supimos que se llamaba Davinia Turrell, una abogada que hacía unos meses había sufrido la muerte de su madre. Diez años más tarde Davinia, se apellida Douglas (se casó hace unos años) y tras varias operaciones casi no le quedan cicatrices en la cara.

Londres, y todo el país, vivieron unos días de desasosiego. Aumentó el control policial en centros neurálgios, se redujo el turismo y disminuyeron las compras en plena campaña de rebajas.

Davinia no fue el único icono la ola de atentados de julio de 2005 en Londres. Jean Charles de Menezes, un electricista brasileño de 27 años, tuvo la mala suerte de vivir en la misma dirección que dos  sospechosos de los ataques. Según la información de la policía, los agentes lo siguieron pensando que era uno de ellos y cuando le echaron el alto en una estación de metro, el joven saltó las barreras de entrada a los andenes. Resulto ser inocente, pero fue abatido por la policía en un vagón con 7 disparos en la cabeza. Su familia fue indemnizada con 238.000 euros. Hace un mes la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos celebró una vista contra el Reino Unido. Los abogados de la familia denuncian el tratamiento judicial dado por el gobierno, porque ningún agente fue procesado individualmente y porque consideran que la fiscalía no hizo una investigación efectiva de los hechos.

Madrid, Paris, Copenhague, Bruselas, Londres, Amsterdam. Son ciudades europeas unidas por haber sufrido atentados terroristas yihadistas. Y cada vez que estos ocurren, las miradas se vuelven hacia las comunidades musulmanas en nuestros países. El debate sobre los dilemas del islam, el laicismo, la integración, el yihadismo sigue inmerso en una amalgama que no ayuda a avanzar.

Imad Ibn-Ziaten era sargento jefe del 1er regimiento de paracaidistas en Francia. En 2012 fue contactado por su asesino, el yihadista Mohammed Merah, a través de un anuncio de venta de su moto que había publicado en una página web. Fue abatido en el lugar en que se había planificado el encuentro, un parque en el barrio de Montaudran en Toulouse. Latifa, la madre de Imad, fue a la ciudad del asesino de su hijo y habló con un grupo de jóvenes que consideraban a Merah un mártir y un héroe del islam. «Hubo uno que me dijo: Señora, si Mohammed Merah hubiese sabido que su hijo era un musulmán, no lo hubiera matado. Dije: !Escuchádme, musulmán o no, no hay que arrebatarle la vida a nadie! Es Dios quien da la vida y Dios quien la quita. Ni él, ni vosotros, ni nadie. Mohammed Merah no es un mártir, es solo un asesino.

El único rostro que no podríamos poner en esta información es el de Anna Erelle. Es el pseudónimo de una periodista francesa amenazada de muerte, que se metió «En la piel de una yihadista» y plasmó la historia en un libro en el que desvela los entresijos de la organización terrorista Estado Islámico y su uso de las redes sociales. Utilizó un perfil falso en Facebook, Melodie, una joven francesa convertida al islam. Un día la contactó Abu Bilel, un dirigente del grupo terrorista. «Quise comprender cómo lo hacían, qué fuerza psicológica hace que puedan llevarse a una joven, a menudo a una adolescente», explicaba Erelle en una entrevista a una agencia de noticias.

Una mínima parte de los musulmanes europeos caen en las redes del terrorismo yihadista pero la dimensión simbólica de esta violencia hace aumentar su efecto. Una y otra vez se suceden los debates sobre el islam y la democracia, sobre su futuro en Europa, sobre el terrorismo yihadista o la islamofobia. Por desgracia, mientras tanto, aumentan las víctimas en Europa y en otros continentes.

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Agenda Cultural

«Caballeros. (Chevaliers)»

Castillo de los duques de Bretaña, Nantes, Hasta el 20 de abril de 2025

Presenta por primera vez en Europa una colección excepcional de armas y armaduras europeas de la Edad Media y el Renacimiento. A través de más de 150 piezas procedentes de la colección del Museo Stibbert de Florencia, la muestra explora la figura del caballero, su papel en la sociedad medieval, su código de honor y los rituales, como torneos y justas.

La afición por los objetos de caballería renace dentro de la corriente del resurgimiento del gótico romántico que caracteriza a la Europa decimonónica.

Aborda nuevos temas, tales como la caballería francesa y bretona, el lugar de las mujeres en ese universo masculino y el mito del caballero en las artes, la literatura y el cine en los siglos XIX y XX.

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