Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea entre 1999 y 2004, define la etapa que está viviendo el continente de «mediocre y discreta» . En Madrid ha cuestionado el liderazgo de Angela Merkel en la gestión de los grandes problemas de la UE, y ha definido el Brexit como «una magnífica representación de suicido político».
«No existe un olvido freudiano de Europa», el mundo sigue y Europa camina muy despacio. «Si no cambia de ritmo Europa quedará atras», ha dicho el exprimer ministro italiano en un acto de Nueva Economía Forum, «Europa es muy lenta, ¡va tan lenta!, simplemente porque está dividida, en ninguno de los grandes problemas internacionales se nos ha visto unidos. Los franceses van por un lado, los alemanes por otro; Italia y España por otro. Una división que ha quedado manifiesta en la crisis económica». Prodi recuerda que mientras Europa discutía las medidas, los dos grandes actores económicos mundiales, China y Estados Unidos, actuaron rápidamente y obtuvieron buenos resultados en un periodo más corto.
Il Professore, ha pasado de puntillas sobre las crisis de la izquierda europea y de refugiados, aunque se queja de que «Europa ha olvidado al Mediterráneo». Durante su presidencia del ejecutivo comunitario se produjo la integración de los países del Este en la UE y recuerda que «trabajamos por la ampliación, pero teníamos que meter en la agenda el Mediterráneo, no lo conseguimos». Los países del Norte no han tenido interés por esta zona de Europa. Y se pregunta «si hubiéramos creado el Banco del Mediterráneo y la Universidad del Sur, quizá hubiéramos tenido más intercambios culturales y sociales con el Norte de África, a lo mejor el resultado de las primaveras árabes hubiera sido diferente».
Prodi se ha mostrado preocupado por la situación en Argelia, -aunque no lo ha mencionado si se ha referido a la sucesión de Adbelaziz Buteflika- ante la inestabilidad del resto de países de la rivera sur del Mediterráneo. «Argelia está rodeada de problemas. Entre Mali y Libia, (donde se mueven los grupos terroristas) está Argelia, un país indispensable para nuestra estabilidad, pero que está en medio de una situación muy complicada y dramática. Para nosotros es imprescindible que existan países estables como Argelia y Marruecos».
En el ámbito político europeo, el expresidente de la CE, cree que el ejecutivo comunitario ha desaparecido poco a poco y los gobiernos nacionales han aumentado su poder en las decisiones europeas. «La referencia antes era la Comisión, ahora solo se habla del trabajo del Consejo». En ese sentido destaca que «hace 15 años existía un cierto equilibrio entre Francia, Reino Unido y Alemania, a los que se añadían Italia y España. Pero ese equilibrio se ha roto. Francia brilla por su ausencia, no está; el Reino Unido ha hecho una magnífica representación de suicidio político y Alemania ha avanzado por méritos propios. Ahora todos los países corren raudos a cobijarse bajo el paraguas alemán, y esto sería bueno si Alemania ejerciera un buen liderazgo , pero para eso es necesario que se de cuenta de los problemas del resto de países».
Sus críticas a la canciller alemana han sido constantes, tanto por lo que considera una falta de liderazgo como por sus decisiones. «Todo se decide en Alemania. La crisis griega no se decidió entre Bruselas y Atenas, sino que era un problema entre Berlín y Atenas, pero Alemania dirigió la crisis siguiendo el compás de las elecciones alemanas y más en concreto de un land». En el crisis de refugiados sirios ha puesto en duda su actuación porque «intentó liderar el tema de la inmigración, pero se echó atrás porque hubiera caído».
El político y profesor transalpino muestra su contrariedad por los pactos de Camerón para evitar el Brexit. «La Europa de dos velocidades existe con o sin Brexit, además quieren una Europa menos unida, y nosotros la necesitamos más unida». Aunque ha lamentado que Londres pueda abandonar la UE, «espero que permanezca porque su permanencia es muy importante para nuestra política internacional. India, Australia, Canadá o África, siempre han mirado hacia Europa a través de los ojos de los británicos, pero no podemos pagar cualquier precio para que siga dentro». En relación a otros conflictos internacionales ha destacado que «Ucrania no forma parte ni de Europa ni de Rusia, sino que es un puente entre los dos y eso es tradicional en política internacional». Sobre las relaciones con Irán, cree que Bruselas y las capitales europeas no deberían seguir el dictado de Washington. «Seguimos transitando del monopolarismo al multipolarismo y en el futuro se reforzarán las relaciones bilaterales, además, Estados Unidos no sólo ha pasado todo su interés hacia el Pacífico» sino que sigue planteando su política exterior en las relaciones de enfrentamiento con Rusia.
Aunque ha dicho que «ni bajo tortura voy a hablar de Italia», ha lamentado la desaparición de grandes empresas en su país y ha elogiado el dinamismo de las pymes como motor económico y de las exportaciones. Prodi ha concluido que «Italia y España deberían interactuar más para proponer políticas comunes concretas, y esto no se ha dado», además con una Francia desaparecida, ha dicho, «se reduce la fuerza para que en el corazón de Europa tenga en cuenta los graves problemas que se están produciendo en el Mediterráneo».