La primavera ha inspirado a los artistas europeos a lo largo de los siglos. Prácticamente ninguno de los más celebres poetas, pintores o músicos, se han resistido a plasmarla en sus obras.
En el ámbito musical su palabra nos evoca a «La Primavera» del italiano Antonio Vivaldi. Una melodía a la primavera despertando del letargo invernal, con el canto de los pájaros o el murmullo del agua, mezclado con una danza campestre siciliana. Léo Delibes, en la ópera Lakmé, nos deleita con el maravilloso dúo de las flores, que dos sopranos cantaron por primera vez en París en 1883. Aparece en el primer acto, y durante 6 minutos, Lakmé, la hija de un sacerdote brahmán, y su criada Mallika conversan mientras van a recoger flores cerca de un río.
Otra de las obras musicales más destacadas del repertorio clásico, y considerada una de las piezas más influyentes del siglo XX, es «La Consagración de la primavera», del ruso Igor Stravinski, escrita para la compañía de Ballets Rusos de Serguéi Diaguilev. Se estrenó en mayo de 1913 en el Teatro de los Campos Elíseos y describe una historia, sucedida en la Rusia antigua, que habla del rapto y sacrificio pagano de una doncella al inicio de la primavera que debía bailar hasta su muerte a fin de obtener la benevolencia de los dioses.
El vienés Johann Strauss, le dedicó un vals a las golondrinas y nos relató con su música las voces de primavera, el noruego Christian Sinding, más íntimo, nos lo susurraba, el ruso Stravinsky la consagraba con sus notas, Beethoven, le dedicaba una sonata, Mendelsshon una canción y Schuman, una sinfonía.
En la música popular de todos los países también hay melodías para todos los gustos, principalmente infantiles, y por supuesto de amor. El rock, el pop o el jazz tampoco han sido ajenos a esta época del año.
Los poetas, también han escrito versos a la estación más «juvenil» del año. El primero en hacerlo fue el griego Teócrito al que siguió el romano Virgilio, con sus poesías bucólicas o pastoriles. A lo largo de los siglos el renacer de la primavera ha recorrido los poemas de los más diversos escritores. Desde las oscuras golondrinas, de Gustavo Adolfo Bécquer, a las frescas lluvias de abril que Antonio Machado describía en «La primavera besaba», García Lorca lo guardaba en secreto, Gloria Fuertes se sentía cursi ante ella, y Jorge Guillén nos la presenta delgada, entre los remos de los barqueros. El 21 de marzo, la UNESCO celebra el Día Mundial de la Poesía y nos invita a reflexionar sobre el poder del lenguaje poético y el florecimiento de las capacidades creativas de cada persona.
Tampoco la pintura ha sido ajena. En la Galería Uffizi de Florencia, podemos contemplar el cuadro «La Primavera» de Sandro Botticelli, que muestra el rito pagano de esta estación mediante una atmósfera de fábula mitológica en la que aparecen Venus en el centro, junto a ella, Cupido, el dios del amor, la diosa Flora y Céfiro, el Dios del viento. A la primavera le han dedicado cuadros Cosmè Tura, Giuseppe Archimboldo, Narui Nuzzi, Césare Marchesini, Ivan Rabuzin, Ornella Pavirani o Kazimír Malevich.
Auguste Renoir, intentó «encerrarla» en un jarrón, mientras Van Gogh, dibujaba los almendros en flor y William-Adolphe Bouguereau, nos recordaba su eterno regreso. Sophie Gengembre Anderson la declaraba la estación lila, Cranach Lucas dedicaba su mirada a las ninfas y David Lloyd Glover nos mostraba sus efectos en los campos de Normandía.
De lo que no hay ninguna duda es de que los impresionistas adoraban la Primavera y la han plasmado en multitud de cuadros recogiendo sus multiples expresiones. Praderas, bosques, ríos y jardineshan sido sus paisejes preferidos. Estos días, la Real Academia de Arte de Londres muestra, hasta el 20 de abril, la exposición «Representaciones pictóricas del jardín moderno. De Monet a Matisse«, que cuenta con 35 lienzos exclusivos de Monet y obras del mismo estilo de sus coetáneos Paul Klee, Emil Nolde, Gustav Klimt o Vassily Kandinsky.
Sería interminable intentar recoger en un artículo todas las obras y artistas dedicadas a una de las estaciones más apreciadas del calendario meteorológico anual, pero ahí dejo esta breve recopilación.
Obras pictóricas: «Las tres gracias» Pieter Paul Rubens; «El jardín del artista en Giverny», Claude Monet; «Almendros en flor» Vincent Van Gogh; «La Primavera» Cesare Marchesini; «Jardín de rue Cortot» Auguste Renoir; «Blanche Monet dipinge» Claude Monet; «La estación lila» Sophie Gengembre Anderson; «Condesa Adele-Zoe», Toullousse-Lautrec; «Frutales floreciendo», Vicent Van Gogh; «Ninfa de la primavera», Cranach Lucas il Vecchio; «Primavera en Normandía» David Lloyd Glover; «Prado en flor», Franco’s; «Gran vasija de flor», Auguste Renoir; «Leda y el Cisne», Correggio; «Regata de Argenteuil», Claude Monet; «La Primavera», Ornella Pavirani; «Mujer en el jardín» y «Jarrón de primavera», Auguste Renoir; «La Primavera», Edouard Manet; «La Primavera», Auguste Renoir; «Caballos», Antonio Ligabue; «Mandorlo in fiore», Vincent Van Gogh; «Camille Monet y el bebé», Claude Monet; «La Primavera», Kazimir Malevich; «Colores de la Pimavera», Aurora Manfredi; «La terra rigogliosa», Ivan Rabuzin; «Sendero en la hierba», Auguste Renoir; «La Primavera», de Bambini di San Teodoro.