Dos años después del derrumbe de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh, donde murieron 1.138 personas, el Parlamento Europeo debatirá sobre el acuerdo entre la UE y el gobierno de Bangladesh que, según las instituciones europeas, ha potenciado el papel de los sindicatos en ese país asiático y ha permitido aumentar el salario mínimo.
Bangladesh, con más de 4.500 fábricas, es el segundo exportador de ropa del mundo y el 60% de sus exportaciones tienen como destino los comercios de la Unión Europea, lo que les permite tener unos ingresos de unos 24.000 millones de dólares anuales, el 10% del PIB del país. Una rentabilidad económica con un alto coste social.
Tras el accidente de Rana Plaza se cerraron más de 200 factorías, pero un informe de Human Rights Watch (HRW) denuncia que continúan los abusos de los trabajadores, principalmente mujeres, y faltan garantías laborales. La ONG denuncia que las normas de seguridad siguen siendo pésimas y que continúan los abusos laborales y los ataques e intimidación a los dirigentes sindicales.
El salario mínimo ha pasado de 39 dólares mensuales a 68, aunque solo el 40% de las empresas cumplen con este acuerdo que afecta a unos 80.000 trabajadores. Muchos trabajadores denuncian que no tienen derecho a licencia por enfermedad, ni a cobrar por licencia de maternidad. La UE también defiende el aumento de la representación laboral que ha pasado de dos centrales sindicales en 2012 a 416 en 2015, una cifra que para las organizaciones laborales sigue siendo escasa.
La ONG alemana Transparency Internacional Bangladesh (TIB), realizó un estudio entre abril de 2014 y marzo de 2015 en el que se muestra que unas 220 factorías han tenido que cerrar por incumplir la normativa o por falta de medidas de seguridad, lo que supone un nivel cuatro veces superior al cierre de empresas del año 2013. Hace tiempo que preparamos un programa de compromiso con estas empresas.
«Exigimos que se firme un programa detallado, ambicioso, transparente, que está impulsado por los sindicatos de Bangladesh, por sindicatos internacionales», me explicaba Eva Kreisler, coordinadora de la campaña «Ropa Limpia» que aglutina a 300 organizaciones sociales en el mundo».
El 24 de abril de ese año el derrumbe de Rana Plaza, un edificio de ocho plantas que acogía cinco fábricas textiles y varios establecimientos de minoristas, causó la muerte de 1.138 personas y otras 2.000 resultaron heridas. Tras el accidente 192 marcas mundiales firmaron un acuerdo para potenciar la prevención de incendios y de seguridad de las empresas textiles de Bangladesh. Fue el primer Acuerdo Marco mundial firmado por empresas multinacionales y sindicatos. El acuerdo preveía también la realización de inspecciones independientes coordinadas por los trabajadores de los centros de trabajo afectados, los sindicatos nacionales y el compromiso de las marcas para mantener los pedidos de las empresas. Además se incluían 900 planes de corrección desarrollados por fábricas con el apoyo de las marcas firmantes y diferentes iniciativas y programas sobre salud laboral y formación en seguridad. Otro de los acuerdos fue la creación del Fondo de Compensación para las víctimas del accidente. Se calcularon unos 40 millones de dólares, pero todavía faltan por pagar 8 millones.