Oslo continúa dando pasos para convertirse en un referente en arquitectura y sostenibilidad. Dos nuevas construcciones se suman a las joyas arquitectónicas y desarrollos urbanos que desde comienzos del siglo XXI se han ido incorporando al skyline de Oslo. En la capital, el aburrimiento arquitectónico no existe. Proyectos masivos de desarrollo urbano han transformado la ciudad en una metrópoli moderna con tecnologÃa de última generación.
El Ãcono arquitectónico de Oslo, la Ópera en el fiordo, tendrá una seria competencia: El nuevo museo Munch diseñado por el arquitecto español Juan Herreros y donde se albergará el famoso cuadro ‘El Grito’
En 2019, el Museo Munch abrirá su nuevo edificio en el centro de Oslo, en la recientemente desarrollada área portuaria de Bjørvika, junto a la Ópera y la nueva Biblioteca Pública de Oslo.
En mayo de 2013 el arquitecto español Juan Herreros fue el escogido para diseñar el nuevo museo, que permitirá ampliar en gran medida el alcance y las posibilidades de exposición ya que los espacios del edificio serán cinco veces más grandes que el museo en la actualidad.
El nuevo edificio será una pieza vertical donde a través de un recorrido ascendente, los visitantes descubrirán la historia de la ciudad. La visita comienza al nivel de la ciudad con los
orÃgenes de Oslo y asciende a lo que fue capital en el siglo XVIII, el Oslo industrial del XIX y el de la II Guerra Mundial. Finalmente, el nuevo museo de Munch concluirá con el actual diálogo con la naturaleza y, sobre todo, con la sensibilidad medioambiental del presente.
En 2023 se abrirá en Oslo el acuario más grande del norte de Europa. Un acuario espectacular en los terrenos del antiguo aeropuerto de Fornebu, con una superficie de más de 10.000 metros cuadrados y una capacidad de piscina de más de siete millones de litros de agua.
Dos formas suavemente onduladas rodearán el acuario real y se elevarán ligeramente antes de deslizarse en el agua y sumergirse. Además, habrá una gran variedad de actividades acuáticas en la zona, incluyendo clubes de botes y surf, una nueva playa urbana, restaurantes y bares, tiendas y oficinas y una terminal de hidroaviones.
Con la apertura del acuario llegará también una nueva conexión de metro al centro de la ciudad, asà como una nueva conexión de ferry al paseo marÃtimo central de Oslo.
Muy cerca de la nueva casa de Edvard Munch, se ubicará también la sucursal principal de la biblioteca pública de Oslo. En 2018 se inaugurará una biblioteca moderna y dinámica que contendrá tanto las extensas colecciones de libros de Deichman como una sala de cine, talleres, zonas de juegos, salones y un restaurante, entre otras cosas.
La arquitectura de la biblioteca está estrechamente ligada a su papel como espacio público. La parte superior voladiza anuncia su presencia a los visitantes que llegan desde el centro de Oslo y la estación central, mientras que los cortes de la fachada marcan las entradas al edificio, pudiendo acceder desde el este, el oeste y el sur. Además, los ejes de las diagonales que atraviesan el edificio conectando los espacios interiores con la calle y el cercano edificio de la Ópera.
Al caer la noche, la nueva biblioteca se encenderá y cambiará de aspecto al igual que las actividades y acontecimientos que albergará en su interior.
Dentro de dos años finalizará el edificio del museo nacional de Noruega. Hasta él se trasladarán las colecciones que actualmente se encuentran en varios centros de Oslo, la GalerÃa Nacional, el Museo de arte contemporáneo y Museo de artes aplicadas. A partir de 2020, se podrán contemplar en un único lugar diseños, trabajos y arte visual con siglos de antigüedad.
El proyecto destaca la dignidad y la longevidad del edificio sobre la arquitectura sensacionalista. El museo ha sido diseñado para que sea sólido y duradero, y encaje en el entorno y los monumentos ya existentes en la zona, como la fortaleza de Akershus o el Ayuntamiento de Oslo.
Oslo presume de cuatro nuevos barrios. Todos se han proyectado con ideas actuales en arquitectura y son rincones perfectos en la capital para descubrir el urbanismo escandinavo contemporáneo.
El nuevo barrio Tjuvholmen, ubicado al lado del fiordo de Oslo, es objeto tanto de elogios como de crÃticas por su exclusividad. Se caracteriza por la diversidad arquitectónica y los lugares al
aire libre. Alberga también galerÃas de arte, incluido el Museo Astrup Fearnley.
Vulkan, construido al lado del rÃo Akerselva, es el precursor de un desarrollo urbanÃstico sostenible.
Barcode, el nombre por el que se conoce el skyline nuevo de Oslo, se caracteriza por interesantes detalles y contrastes arquitectónicos.
Sørenga, con sus pulmones verdes y sus actividades acuáticas, es el lugar ideal para el ocio.
El paseo nuevo del puerto de Oslo combina vistas, historia, arte, arquitectura, e incluso, algo de aventura.
NdP