Mares y océanos son de vital importancia para la supervivencia humana y para el equilibrio del planeta. La mitad de la población de la Unión Europea vive a menos de cincuenta kilómetros de la costa. Por eso las autoridades comunitarias proponen un marco y un objetivo común para la protección del ecosistema marino y para regular todas aquellas actividades que se realizan en el litoral y en sus aguas: tareas pesqueras, extractivas, turísticas o deportivas, transporte de personas y mercancías…
Por Ángela Gonzalo del Moral
La Política Marítima Integrada ha hecho que las cuestiones del mar estén presentes en la agenda europea.
El cambio climático va a afectar a nuestros mares. Uno de los océanos más vulnerables es el Ártico. El expresidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy dice que las instituciones europeas quieren ser un observador neutral en el Consejo del Ártico para poder seguir de cerca las investigaciones científicas y económicas que se están realizando en esa región.
“Para nosotros la confianza mutua y la coordinación internacional son claves, estamos a favor de un mayor desarrollo del derecho internacional en el Ártico y estamos abiertos al diálogo sobre todas las problemáticas que afectan a las poblaciones que viven en esa región”
Para María Damanaki, excomisaria de asuntos marítimos y pesca, hay que establecer una política que incluya la defensa del ecosistema, la investigación científica y las actividades económicas. “Somos uno de los mayores contribuyentes a la investigación en el Ártico, lo que muestra nuestro compromiso con esa zona. En el proyecto “Océanos para el mañana” tenemos un apartado muy especial para el desarrollo socioeconómico de las actividades de las regiones del ártico”.
El puerto holandés de Rotterdam, uno de los más estratégicos e importantes de la Unión, han ampliado en los últimos años su zona portuaria. Una necesidad que viene marcada por el aumento de los flujos marítimos y la globalización, que comporta no sólo la ampliación de este tipo de instalaciones sino también su modernización. Durante los cuatro últimos años, los responsables del proyecto han buscado el consenso entre todos los implicados. Antes de 2042 esta ciudad holandesa espera lograr un equilibrio perfecto entre economía, medio ambiente y bienestar social.
La gran actividad industrial de la ciudad con mucho tráfico tanto terrestre como marítimo, provoca un aumento de las emisiones de CO2. El ayuntamiento de Rotterdam, la industria y las agencias ambientales se han puesto de acuerdo para conseguir un objetivo de reducir los niveles de emisión de esos gases en un 50% en 2025. También se están adaptando al cambio climático porque quieren estar preparados ante un posible aumento en el nivel del mar.
Otra apuesta de muchos países es la potenciación de energías renovables, entre ellas la que aprovechan la fuerza del viento en las zonas costeras. Un ejemplo lo encontramos en el estuario del Támesis, en Gran Bretaña o Amrumbank West en el Mar del Norte alemán. Este parque eólico entrará en servicio en 2015. También están construyendo un parque eólico en el sur de la costa de Suecia, que entrará en funcionamiento en 2013.
Los grupos ecologistas piden que en los proyectos se tenga en cuenta sus repercusiones en la vida animal y vegetal de la zona, así como en las actividades pesqueras y turísticas.
La Comisión Europea apuesta por la identidad y la supremacía marítima de Europa. Hay que preservar ese medio ante las presiones medioambientales que amenazan seriamente la pervivencia de las actividades marítimas en las regiones costeras.
Podcast publicado por la CE en España el 27 de marzo de 2012