Tan solo un mes separa las tragedias de Vanuatu y Nepal. Los dos países se han visto azotados por los efectos devastadores de la naturaleza, un ciclón, en el caso del pequeño estado insular y un terremoto en el país asiático, que han agravado la situación de vulnerabilidad de sus habitantes, provocando daños más que previsibles.
Por Ángela Gonzalo
Un terremoto y un ciclón con idénticas resultados: viviendas precarias destrozadas, servicios públicos interrumpidos y afectación a los malos sistemas de drenaje y seanemiento de ambos países. La única diferencia, el número de víctimas. En Vanuatu murieron 11 personas, en Nepal, más de 2.000.
El ciclón de Vanuatu afectó a la vida de sus 265.000 habitantes, especialmente al 63% de ellos. Aunque la mayoría vive en el medio rural, la urbanización avanza rápidamente a un cuatro por ciento anual, superando la capacidad de planificación urbana del Estado. En la actualidad el 25 por ciento de la población es urbana, y se espera que esa cifra aumente al 53 por ciento en 2050.
Los dos fenómenos naturales son probables, pero imprevisibles. Sus daños podrían ser minimizados si los edificios cumplieran las normas mínimas de seguridad teniendo en cuenta sus características. Medidas antisísmicas en el caso de Nepal, y construcciones más solidas en Vanuatu, que en los últimos 25 años se ha visto azotado por 20 ciclones, y está considerado el país más expuesto a desastres naturales del mundo. No solo por ciclones, sino también por terremotos por estar situado en el cinturón de fuego del Pacífico.
Los más pobres son los que sufren las peores consecuencias. En Nepal, país vulnerable por naturaleza, el gobierno no ha creado un programa de gestión de riesgos de desastres. Su abrupta geografía, afectada por lluvias torrenciales y su alto riesgo a los terremotos, lo demuestra. La pobreza agrava la situación. Más del 80% de 27 millones de habitantes viven en zonas rurales. En agosto del año pasado, una ladera de casi dos kilómetros de alto se desplomó llevandose consigo 100 viviendas y matando a 155 personas. En 30 años los deslizamientos han matado a más de 4.500 nepalíes y han afectado a medio millón de personas. La última tragedia ha sido el terremoto de este fin de semana, el peor de los últimos 80 años.
Nepal ocupa el decimoprimer lugar de los países con mayor vulnerabilidad a terremotos y el trigésimo en inundaciones. Hay 21 ciudades en el mundo construidas en zonas sísmicas y Katmandú es la que tiene mayor riesgo para su población. Algunos estudios del Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación pronosticaban un terremoto con 40.000 muertos y 95.000 heridos. Por suerte no ha sido así, pero nadie ha hecho nada para mitigar sus consecuencias.