Luxemburgo, uno de los países más pequeños de la Unión Europea y uno de sus miembros fundadores asume la presidencia de turno en uno de los momentos más críticos desde que se fundaron las instituciones europeas en 1957, cuando muchos países de la zona euro continúan sufriendo la crisis y en pleno debate sobre la posible salida de Grecia del euro.
El mismo día que tomaba la presidencia, el ministro de trabajo luxemburgués, Nicolas Schmit, explicó el programa social de su mandato ante el plenario del Comité Económico y Social Europeo (CESE). «Europa debe encontrar un nuevo impulso y trabajar en estrecha colaboración con la sociedad civil», dijo el político socialdemócrata en Bruselas. «Necesitamos un modelo europeo social que no tiene porqué ser idéntico en todos los los Estados».
La mayoría de los miembros de este foro, de consulta, diálogo y consenso entre representantes de todos los sectores de la denominada «sociedad civil», pidieron más esfuerzos para luchar contra la pobreza en Europa y para alcanzar los objetivos de la estrategia Europa 2020. Pidieron a la presidencia luxemburguesa que se reintroduzca la dimensión social en las políticas europeas y el presidente del CESE, Henri Malosse, se mostró decepcionado por el informe de los 5 presidentes. «Hay que enmendar el tiro», dijo el político francés, a punto de acabar su mandato en la institución. «El desempleo sigue siendo el gran reto, con más de 25 millones de jóvenes en paro… es una lacra».
El plenario criticó que «a menudo se pasa por alto la economía social y defendieron el derecho a un ingreso mínimo para la supervivencia de muchos europeos. En ese sentido los representantes ciudadanos se solidarizaron con el pueblo griego mostrando su «decepción por la vaga reacción de las instituciones europeas ante este problema». El presidente Malosse, tan crítico como siempre, dijo que «ha sido un error implicar al FMI, porque los problemas europeos los debemos solucionar los europeos».
La Presidencia luxemburguesa ha definido sus siete prioridades durante el último semestre de 2015: estimular la inversión para impulsar el crecimiento y el empleo; profundizar la dimensión social de la Unión Europea; gestionar la inmigración, reactivar el mercado único; colocar la competitividad europea en un marco global, promover el desarrollo sostenible y fortalecer la presencia internacional de la Unión Europea.
El plenario del CESE (353 miembros), dio su apoyo al presidente de la institución, Henri Malosse, que está incluido junto a 89 personalidades en la lista negra elaborada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en represalia por las sanciones europeas contra Moscú. Malosse estuvo en Kiev dando apoyo a los prooccidentales que se manifestaban en la plaza Maidán. También China lo tiene en su lista negra por haber recibido en Bruselas al Dalai Lama, considerado un disidente por Pekín.
Este artículo ha sido publicado en mi blog Canal Europa de TVE