Pase lo que pase hoy en Francia, y más en concreto el 7 de mayo, el país se encamina a un cambio de ciclo y marcará el futuro de la Unión Europea. Estas elecciones son atípicas por varias razones: se celebran en estado de emergencia, el presidente saliente no se presenta a la reelección, varios candidatos tienen posibilidades reales de pasar a la segunda vuelta, se replantea su postura en la Unión Europea y el desgaste y la crisis de los dos grandes partidos que han ocupado el poder desde 1958 marcan esta jornada. Europa se mantiene en vilo, porque Francia ya fue decisiva cuando rechazó la Constitución Europea, frenando el avance hacia una Europa federal, y en mayo puede reforzar a la UE o dejarla tocada.
Marcada por un año de graves atentados, la seguridad ciudadana, el paro y la creciente desconfianza hacia las instituciones -nacionales y europeas-, han centrado la campaña electoral. Además la crisis de conservadores y socialistas han lastrado los meses previos a las elecciones. Ambos han escogido a sus candidatos en unas elecciones primarias, pero los dos ganadores, François Fillon y Benoît Hammon, han sido rechazados por las cúpulas de sus respectivos partidos. El primero por sus escándalos de corrupción, y el segundo por su programa electoral. De ese mar revuelto, ha sacado provecho, el joven Emmanuel Macron, que ha recogido apoyos de la derecha, centro e izquierda. El líder de «Francia insumisa», Jean-Luc Mélenchon, se ha convertido en la referencia del sector crítico de izquierdas y los antisistema. Otros actores externos han influido en estos comicios: el Brexit, y la presidencia de Donald Trump, que han dado alas al Frente Popular, de la ultraderechista, Marine Le Pen.
Cuatro candidatos con opciones de pasar a la segunda vuelta
El desgaste de los grandes partidos políticos, deja como favorito de estas elecciones aEmmanuel Macron. Este banquero de 39 años, aupado por François Hollande y ex ministro de economía e industria en el gobierno de Manuel Valls tiene un marcado perfil tecnócrata. Hace un año lanzó el movimiento político «En Marcha», con el que aspira llegar al Elíseo, presentando un discurso liberal, en lo económico y progresista en lo político.
La ultraderechista Marine Le Pen, partía antes de la campaña con una cierta ventaja sobre sus contrincantes. Abogada de 48 años, ha moderado su discurso anti-inmigración y aspira a repetir el éxito de las europeas de 2014, cuando el Fente Nacional fue el más votado. A pesar de ocupar escaño en el Parlamento Europeo, es la única que ha hablado de salir de la Unión Europea.
Con raíces españolas, el líder de la izquierda , Jean-Luc Mélenchon, de 65 años, espera aglutinar a todos los desencantados de la izquierda tradicional. Profesor y periodista dejó el Partido Socialista por discrepancias ideológicas, y critíca el excesivo poder de Bruselas.
Por primera vez, los dos grandes partidos que se han sucedido en el poder en las últimas décadas, tienen menos posibilidades a priori que sus contrincantes.
El periodista François Fillon, de 63 años, candidato conservador, ha ocupado todos los cargos políticos de la administración, incluido el de primer minsitro y aspira a conquistar también el Elíseo. Sus posibilidades se han visto mermadas tras el escándalo político que lo ha mantenido al borde del procesamiento judicial.
El candidato del partido en el gobierno, Benoît Hammon, de 49 años, superó al exprimer ministro Manuel Valls, en las primarias del Partido Socialista. A pesar de ganarlas, este analista de opinión, con una larga trayectoria en diferentes cargos públicos, y exministro de educación, ha dividido al partido y trata de evitar una debacle electoral.