Empordà, Terra Alta, Costers del Segre, Somontano, Campo de Cariñena, Calatayud, Campo de Borja, Navarra, Rioja Alavesa, Rioja Alta, Txakolí, Arlanza, Ribera del Duero, Cigales, Rueda, el Bierzo, Rías Baixas, Ribera del Guadiana, Marco de Jerez, Serranía de Ronda, Montilla-Moriles, Bullas, Jumilla, Yecla, Alicante y Utiel-Requena, son las 27 rutas del vino de España, que engloba ACEVIN, la Asociación Española de Ciudades del Vino. Acaban de presentar su informe anual, el noveno, sobre el enoturismo en España.
El año pasado esta temática turística en nuestro país aumentó un 21%, con casi 3 millones de visitantes, y una repercusión económica de más de 54 millones de euros. Visitantes que se acercaron a centenares de poblaciones alejadas del turismo tradicional en España de playa y sol y que, como demuestran las estadísticas, cada año va en aumento. Todo esto es un ejemplo de la buena salud del turismo del vino.
Las dos rutas que encabezan la lista de visitas a bodegas y museos son Rutas del Vino yBrandy del Marco de Jerez, con medio millón de visitantes entre las dos. Seguido de la ruta del Penedès. Según esta asociación, la visita estándar (visita guiada más degustación) es de 7,79 euros y el gasto medio por visitante es de 17€. A lo que hay que añadir los ingresos de alojamientos, restaurantes y comercios o empresas de actividades que también forman parte de las Rutas del Vino.
El enoturismo también incluye las decenas de festivales y ferias populares. Una de las nuevas propuesta es ‘Magic Wine Tour’, una forma novedosa de descubrir el territorio y la cultura del Rioja mediante una práctica e innovadora dinámica que permite al viajero ser el dueño de su viaje y de sus emociones. Cualquier escapada lleva consigo una búsqueda previa de recursos y planificación de las diferentes etapas que se pueden realizar. Con ‘Magic Wine Tour’, el usuario puede combinar los atractivos de la zona del modo que mejor se ajuste a sus necesidades y preferencias, distribuidos a lo largo del itinerario diseñado.
Nadie duda de que el vino forma parte de nuestra cultura y del patrimonio cultural, eso sí, siempre manteniendo un consumo responsable.
Esa es la fecha escogida por el Concurso Mundial del Vino de Bruselas, para premiar a los mejores caldos del mundo. Unos 300 catadores elegirán, entre los más de 9.000 vinos que se han presentado al certamen, los que merecen tener la marca en su etiquetado. Destaca la participación de 2.200 vinos franceses, 2.000 españoles y 1.000 portugueses. España aumenta un 255 su participación. «Somo el mayor escaparate del mundo del vitivinícola español», die Frédéric Galtier, responsable de comunicación de vinopres -empresa organizadora-, en España.
La importancia de este concurso, que llega a su XXIII edición lo demuestra en el hecho de que«el consumidor que se atreve a comprar una botella reconocida en el concurso tiene asegurado que va a catar un vino de primera calidad», ha dicho en Madrid, el presidente de vinopress, el belga Badouin Havaux. En este sentido se ha realizado un estudio en el que se demuestra que obtener una medalla es «una herramienta real de marketing que ayuda a vender, ya que contar con esta distinción permite incrementar un 30% las ventas de un vino». Havaux ha explicado que esa es la diferencia de venta entre un vino expuesto en un establecimiento comercial con o sin marca. Viaje a Ítaca ha hablado con Frédéric Galtier, -responsable de vinopres en España- del concurso y de la situación y retos de la producción vitivinícola europea. «Tenemos una visión muy local pero están llegando buenos vinos asiáticos» y, por ejemplo, «en Bulgaria hay variedades muy interesantes».
Havaux y Galtier creen que «el desafío de España que es el propio consumo interno». «Es muy bajo y es importante que el consumidor español vuelva a familiarizarse con sus propios vinos». Galtier recuerda que en otros países «se sirve vino en todos los sitios, incluso en las discotecas. Hay que acercar el producto al consumidor en donde se lo está pasando bien», y añade que «es necesario asociar un buen momento al vino, y no solo en una situación familiar concreta, -que es importante-, sino que hay que dar un paso más».
Por su parte, Baudouin Havaux ha declarado que “es importante para el Concurso regresar a España después de la edición de 2009 en Valencia, ya que es el país que presenta la mayor superficie de viñedos», con aproximadamente 1 millón de hectáreas plantadas, y que también es el primer exportador mundial de vino con cerca de 23 millones de hectolitros. «La otra cara de la moneda, resalta Havaux en el Fórum Europa, es el bajo nivel del consumo per cápita de los españoles, pero parece que las estadísticas están por fin subiendo, lo que es una buena noticia”.
En relación a la entrada de nuevos productores y a la importante competencia de otros mercados, Frédéric Galtier señala que «es importante creer en lo que somos, y el origen nadie nos puede copiar nuestro origen. Muchos mercados emergentes criticaban que Europa estaba anticuada y por ejemplo los chilenos decían que ellos iban a conquistar el mundo, que es lo que hicieron, y ahora están separando los valles y variedades, y están adaptando la regulación restrictiva a su propia producción». Para Galtier, «hay que tener vinos de la tierra, quizá con normativas, un poco más ligeras. Pero tenemos que defender nuestra identidad. Un vino tiene que ser honesto , debe represente realmente un paisaje y un origen, y si lo hace encontrará su mercado».
El concurso se inició en 1994, y a partir de 2006 superó las fronteras de la capital belga, celebrándose en Lisboa, Maastricht, Burdeos, Valencia (2009), Palermo, Luxemburgo, Guimaraes, Bratislava y Plovdiv. Este año se ha escogido a la capital castellanoleonesa porque«es una tierra ligada al viñedo desde tiempos inmemoriales», y en la actualidad la provincia vallisoletana tiene plantadas más de 22.000 hectáreas de viña, produciendo vino en innumerables bodegas a lo largo de más de 100 municipios. Un esfuerzo que está reconocido con cinco Denominaciones de Origen (Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro y Vinos de la Tierra de León).
A finales de marzo ya se celebró en esta provincia el ‘I Congreso Internacional del Vino Rosado’, organizado por la Diputación de Valladolid y la D.O. Cigales, en el castillo de Fuensaldaña (Valladolid), antigua sede de las Cortes de Castilla y León. Durante la jornada se trataron aspectos del rosado a través de ponencias que versaron sobre la percepción del rosado dentro y fuera de España, los números del rosado, estadísticas, elaboración, suconsumo en la restauración, retos de comercialización, la situación de las principales denominaciones de origen elaboradoras y los espumosos rosados.