Esta noche se celebra en Barcelona, la final de la primera división francesa de rugby. Sí, en Barcelona. Es la liga nacional más importante de este deporte en el mundo y aterriza en el Camp Nou. El estadio ha cambiado su aspecto habitual y ha recibido a miles de seguidores galos que acompañan a los dos equipos finalistas del Top 14: el RC Toulonnais y el Racing 92. El primero derrotó al Rennes en semifinales, donde destacó el juego del galés Leigh Halfpenny, mientras que el segundo derróto en la prórroga al gran favorito, el Clermont Auvergne.
Es la primera vez que el último partido de la liga francesa de rugby se disputa fuera de territorio francés. En este caso debido a que Francia disputa la Eurocopa de fútbol y no se ha podido utilizar el campo de Saint-Denis, habitual escenario de la final, ni tampoco el resto de grandes estadios galos.
No ha sido ningún problema. Hace semanas que el Camp Nou, ha colgado el cartel de «entradas agotadas». Eso suponen unas 98.000 entradas, lo que significa un récord mundial de asistencia a un partido de rugby, en la categoria de clubes. El estadio de Montjuïc, de Barcelona, ya había acogido un partido del campeonato de Europa de Rugby en 2011, entre el Perpinyà y el Toulon.
La afición francesa está preparada para asistir al partido, sin importarles que no lo hayan podido disfrutar en su país. Coinciden varias anécdotas. Un templo del fútbol acoge la final de otro deporte, y una ciudad europea, es la sede de la final de la liga de otro país. Alguien duda de que Europa es algo más que política y sus fronteras ya no son un muro que divide países. Y todo eso, el mismo día en que los británicos han decidido salirse del club europeo.