«Totem, detrás de las escenas»
Varias ciudades españolas, hasta el 20 de julio de 2018
La exhibición «Totem, behind the scenes», realiza un repaso por el proceso de creación del último espectáculo de la compañía Cirque du Soleil. Hasta el 4 de febrero podrá verse en la sala Disseny Hub de Barcelona, como una antesala al espectáculo que llega a la ciudad condal el 23 de marzo. Después de Barcelona viajará a Málaga, a partir del 1 de junio y el 20 de julio llegará a Alicante.
Es la primera vez que la compañía circense reune en un mismo espacio elementos de vestuario de algunos de sus espectáculos más emblemáticos, además de otras piezas audiovisuales que desvelan parte del proceso creativo de esta compañía canadiense.
En la muestra se pueden descubrir las cabezas de yeso que se hacían de cada artista que se enrolaba al Cirque. Estas piezas tan curiosas se usaban antes de la informatización para ayudar a los modistas a tener las medidas a mano para poder confeccionar sombreros, pelucas o tocados para los actores. La exhibición también contiene fotografias inéditas de los inicios de la compañía y algunos datos curiosos sobre sus principios.
Totem recrea una isla que evoca la figura de una tortuga gigante y nos adentra en un viaje que repasa todos los avances de la humanidad, desde los primeros anfibios hasta el momento en que llegan a volar.
La exposición Adolf Loos. Espacios privados muestra por primera vez en España una extensa muestra del trabajo de esta figura de la arquitectura vienesa, pionero en el debate entre espacios de vida pública y de vida privada. Pone en escena la revolución estética de Loos (1870-1933) que en la Viena de 1900 se reveló contra la Secesión vienesa, proponiendo una economía en la construcción arquitectónica y el diseño recuperando la columna clásica, el revestimiento y los valores tradicionales del clasicismo. La exposición viaja al contexto literario, arquitectónico y filosófico de la Viena de principios de siglo XX y muestra proyectos y un centenar de los objetos más significativos del mobiliario usado por Loos en sus casas y apartamentos, esos espacios interiores en los que encontramos al Adolf Loos más revolucionario. El apartamento constituye la esfera íntima, el refugio del individuo frente a la vida social.
Valores como intimidad, privacidad o confortabilidad encuentran en el diseño de los espacios privados y el uso del mobiliario doméstico de Loos un ejemplo de nuevas formas de la cultura del hábitat.
Ya fuera como actores, testigos o como víctimas de la historia, los artistas modernos reinventaron los grandes mitos utópicos. Espíritus libres, enemigos de cualquier tipo de propaganda, divididos entre utopías y contrautopías, sueño y realidad, resucitaron figuras y formas simbólicas que hacían referencia o denunciaban los ideales y las quimeras de la humanidad.
El Monumento a la Tercera Internacional (1919/1979) de Vladímir Tatlin, una torre de Babel muy representativa del alce revolucionario de 1917, se opone a La caída de Ícaro (1974/1977) de Marc Chagall, que simboliza el eterno fracaso de las utopías.
La ciudad radiante funcionalista de Le Corbusier contrasta con el vídeo crítico de Pierre Huyghe: ¡ya no es hora de soñar! Frente a las imágenes de compromiso político colectivo de los años 70 (Antonio Saura, Diada, 1978-1979) se alza el hombre verde de Fabrice Hyber, el Hombre de Bessines (1991/1997), como alternativa al mito ilusorio del progreso.
Liberado del materialismo contemporáneo, el artista abre un gran universo de posibilidades. Se lo imagina transfigurado por el color (Robert Delaunay, Ritmo, Alegría de vivir, 1930) edénico y pictórico (Joan Miró, Personajes y pájaros en la noche, 1974). Resiste ante la desgracia moderna desde el anhelo de un mundo feliz, un jardín encantado, como en el pasado (Peter Doig, Hace 100 años, 2001).