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Agenda cultural de octubre

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«Rubens, Van Dyck y la edad de oro del grabado flamenco»
Biblioteca Nacional, Madrid, hasta el 7 de febrero de 2017

La Biblioteca Nacional saca a la luz parte de su extenso fondo de dibujos, grabados, fotografías y mapas. Se calcula que hay depositados unos 60.000 grabados y unas 100.000 estampas. Ahora le toca el turno a dos de los más importantes artistas flamencos del siglo XVII. En total son 180 estampas, que tienen su origen en la biblioteca real de Felipe V y ampliada con las colecciones de Ceán Bermúdez y Cardedera. Entre las obras se exponen imágenes de caza de hipopótamos y cocodrilos, paisajes de Bril y Sadeler, escenas cortesanas al aire libre o un capítulo del libro sobre frontispicios y páginas lujosamente ilustradas.

De Rubens solamente se le conocen dos grabados, pero supervisó de cerca la labor de un grupo de los mejores grabadores de su época, para que reprodujeran sus pinturas. Posteriormente otros grandes grabadores siguieron reproduciendo muchas de sus composiciones. Van Dyck sí realizó magníficos grabados y empezó algunos al aguafuerte que terminaron otros grabadores al buril. Fue un extraordinario retratista creando numerosos modelos de retratos que tuvieron una enorme influencia en toda Europa.

Un aspecto importante del arte flamenco de la época fue la fuerza de dos géneros artísticos que habían empezado a crearse de manera independiente en el siglo XVI: el paisaje y las escenas de costumbres o escenas de género, que en el XVII se desarrollan enormemente. A ellos se dedica una parte de la muestra. Estos paisajes nos permiten conocer el entorno en que se desarrollaba la vida de los belgas en ese siglo.

El grabado europeo de esa época tuvo una influencia recíproca entre artistas flamencos y de otros países. El desarrollo del grabado durante el siglo XVII en Flandes coincide con el auge de la burguesía, que adquiere obras para colgar en las casas y en los palecetes. En la exposición de la Biblioteca Nacional se pueden ver obras de los mejores grabadores de Europa como Rembrandt, Callot, Reni… o José Ribera en España, uno de los grandes pintores del Barroco español. Además se pueden contemplar cuatro pinturas cedidas para la exposición por el Museo del Prado, relacionadas con los grabados, y que son La Piedad y Retrato de María Ruthven, de Van Dyck, La Sagrada Familia con Santa Ana, de Rubens, y La Cocina de David Teniers. En total, 180 obras.

Primera bienal de Coimbra
Hasta el 31 de noviembre

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La bienal de Coimbra está muy ligada al patrimonio cultural de la ciudad portuguesa y en su primera edición reúne a 40 artistas, entre consagrados y jóvenes. Como lema ha escogido un poema de Mallarmé, «Anozero’15: un lance de dados». Sus organizadores buscan activar espacios que son patrimoniales y que forman parte de la historia de la ciudad lusa. Algunas de las sedes de esta ciudad patrimonio de la Humanidad, están la Biblioteca Joanina, que acoge una muestra del belga Marcel Broodthaers; la Biblioteca Geral da Universidades de Coimbra, la sala Cidades, con obras del portugués Pedro Cabrita Reis, la española Juana de Aizpuru y la británica Haunch of Venison. En la Praça Cortes de Coimbra expone el portugués Francisco Tropa. Durante la bienal se celebrará el «Encontro sobre colecionismo – arte e mercado em Espanha e Portugal», donde se muestra la obra de varios coleccionistas ibéricos.

«Esplendores y miserias. Imágenes de la prostitución, 1850-1910«
Museo d’Orsay, París, hasta el 17 de enero de 2016

El tema de la prostitución es complejo. De ahí que el museo d’Orsay haya tenido que colgar un cartel en el que advierte que algunas obras son susceptibles de herir la sensibilidad de los visitantes, y en especial de los jóvenes. Superado ese pudor, verán que  durante la segunda mitad de siglo XIX la prostitución mostraba diferentes rostros… algo no muy diferente a lo que ocurre siglo y medio más tarde.

En París los prostíbulos, o «casas de tolerancia» fueron legalizados en 1804. El arte no fue ajeno a esa nueva forma de vida en la que se mezclaban mujeres de clase baja con destacadas cortesanas.  Es conocida la carta que Gustave Flaubert escribió a Ernest Chevalier en 1842, describiendo el espectáculo de la prostitución en la capital francesa de la época, con sus bulevares y el alumbrado urbano recién estrenados. Cafés, terrazas, alcohol, farolas de gas, la oscuridad de la noche, son imágenes asociadas a esta forma de vida de muchachas llegadas del campo o que buscaban una oportunidad en la gran ciudad.

Destacan las caras tristes que muestran Edgar Degàs, Van Gogh, Manet o Toulouse Lautrec. Esta exposición intenta reconstituir la forma en la que los artistas, tanto franceses como extranjeros, fascinados por los actores y los lugares, han buscado sin tregua nuevos medios pictóricos para representar sus realidades y fantasías.

De la Olympia de Manet a Absenta o Ajenjo de Degas, de las incursiones en los prostíbulos de Toulouse-Lautrec y Munch, a las atrevidas figuras de Vlaminck, Van Dongen o Picasso. La exposición procura mostrar el protagonismo central que desempeñaba este mundo, en el desarrollo de la pintura moderna. El fenómeno también se contempla en sus dimensiones sociales y culturales, a través de la pintura de Salón, la escultura, las artes decorativas y la fotografía.

Paralelamente el museo ha organizado un ciclo de películas y música. A finales del siglo XIX, París se convirtió, conforme avanzaban las transformaciones sociales y urbanísticas, en la Babilonia de los tiempos modernos. La figura de la cortesana, «demi-mondaine» mantenida, simple «cocotte» o chica de prostíbulo, fascina e inspira a todos los artistas, escritores y músicos.

La ópera sube al escenario algunas figuras relevantes como Manon Lescaut o La Traviata, no sin chocar al público de entonces. Muchas melodies entregan evocaciones femeninas llenas de sensualidad. Pero se abarca más abiertamente la figura de la cortesana en la canción de cabaret o callejera, o la «canción realista», que surge a comienzos del siglo XX. El Café Polisson de Nathalie Joly y La vipère du trottoirde Magali Léger y Arnaud Marzorati proporcionarán vivas ilustraciones.

Fue en particular en París, entre el Segundo Imperio y la Belle Epoque, que la prostitución se afirma como tema, en obras vinculadas con corrientes tan diversas como el academicismo, el naturalismo, el impresionismo, el fauvismo o el expresionismo. La ciudad se encuentra entonces en plena metamorfosis: nueva Babilonia para algunos, «Ciudad de la Luz» para otros, ofrece a los artistas nuevas ubicaciones donde observar el baile codificado de los amores pagados. Eso sí, se trata de una mirada hacia el mundo del lenocinio exclusivamente de artistas masculinos.

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Information

This entry was posted on 18 octubre, 2015 by in Agenda Cultural, Cultura and tagged , , , .

Agenda Cultural

«Caballeros. (Chevaliers)»

Castillo de los duques de Bretaña, Nantes, Hasta el 20 de abril de 2025

Presenta por primera vez en Europa una colección excepcional de armas y armaduras europeas de la Edad Media y el Renacimiento. A través de más de 150 piezas procedentes de la colección del Museo Stibbert de Florencia, la muestra explora la figura del caballero, su papel en la sociedad medieval, su código de honor y los rituales, como torneos y justas.

La afición por los objetos de caballería renace dentro de la corriente del resurgimiento del gótico romántico que caracteriza a la Europa decimonónica.

Aborda nuevos temas, tales como la caballería francesa y bretona, el lugar de las mujeres en ese universo masculino y el mito del caballero en las artes, la literatura y el cine en los siglos XIX y XX.

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