The Tulip, se une al skyline de Londres
Un tulipán aspira a ser la nueva atracción cultural y turística de Londres. The Tulip, como se llama en inglés, todavía no existe, pero se espera comenzar a construir el edificio a partir del año que viene para estar operativo en 2026. Hace unos meses se presentaba el proyecto, y todavía está a la espera de conseguir los permisos de edificación. El arquitecto Norman Foster, ha ideado un edificio de 300 metros de altura, que brindará una panorámica única sobre la ciudad, con galerías, puentes en el interior, muros internos de vidrio y permitirá pasear por una cápsula góndola de cristal por la fachada del edificio. También tendrá un sky bar, dos plantas destinadas a un jardín de techo accesible al público y restaurantes con vistas 360º de la ciudad.
Con esta apuesta del arquitecto británico, Norman Foster, se multiplicará la zona verde del entorno, reanimando este espacio, que ya tiene como emblema el Gherkin, o el 30 de St. Mary Axe. Algunos ya le llaman el «National Park City» de Londres. La idea es que lo que otros edificios ofrecen en horizontal The Tulip, lo hará en vertical, y el objetivo es convertirlo en un centro educativo, cultural y turístico, preparado para acoger eventos culturales, de negocios o tecnológicos. Además la góndola, en la parte superior, será una aula en el cielo que acogerá 20.000 niños de los colegios estatales de Londres, de forma gratuita. Este recurso educacional está proporcionado por J. Safra Group, que utilizará herramientas innovadoras para conocer la historia de la City, y potenciar la creatividad educativa de los londinenses del futuro.
The Tulip, con forma de capullo, quiere ser un ejemplo de sostenibilidad, intentando minimizar la huella de carbono, utilizando recursos, sistemas de construcción, calefacción y refrigeración sostenibles, y utilizando células fotovoltáicas integradas para generar la energía in situ. Si se aprueba el proyecto final, será una apuesta más de la capital británica, que ha cambiado su skyline desde principios de siglo. Con estas medidas esperan obtener la mejor clasificación BREEAM, ya que preven reducir un 42% la emisión de carbono y un 48% ahorro de agua (100% reciclada para irrigación).
Además del impacto medioambiental, un estudio de Deloitte señala que el económico, hasta 2045, superará los 650 millones de libras. A ellos hay que añadir los beneficios directos, unos 210 millones de libras, principalmente en el sector de la construcción desde 2020 a 2025, tiempo en que se levantará el edificio. Y cuando abra las puertas, también tendrá una implicación directa en la contratación de personal para las diferentes actividades y empresas que trabajen en el edificio. Se calculan que tendrá 1,2 millones de visitas anuales.
Coincidiendo con el inicio del milenio en 2000, se inauguró el London Eye, la noria de Londres, y en 2004, el pepinillo, traducción del popular The Gherkin. Este edificio con forma de cápsula, (parecido a la torre Agbar de Barcelona), aportó mucha vida cultural y social en su entorno, que esperan añadir con «El Tulip», creando nuevas oportunidades y diversidad de negocios, que podrán operar a todas horas del día y de la noche durante los siete días de la semana.
El Tulip se unirá a otros edificios que marcan el skyline de la capital británica, donde además del London Eye y The Gherkin, también se han unido en los últimos años la Tower 42, la Heron Tower, Groadgate Tower, The Shard, The Willis Building (La W), 20 Fenchurch Street (walkie-talkie) y el 122 Leadenhall Street (rayador de queso). Un estudio de Deloitte señala que el impacto económico hasta 2045, de este proyecto superará los 650 millones de libras.
Norman Foster, comenta que ambos edificios «son el reflejo del espíritu de Londres como ciudad progresista y con visión de futuro». El fundador y director ejecutivo de Foster + Partners, añade que «ofrece beneficios significantes a londinenses y visitantes como un punto de referencia con recursos educacionales únicos para las generaciones venideras». Por su parte Jacob J. Safra, comenta que «confiamos en el rol de Londres como ciudad global» que se verá reforzada por «la elegancia del ‘Tulip’ y su suave fuerza complementan el icono que ya supone actualmente ‘Gherkin».
En 1967, el arquitecto Norman Foster, fundó Foster + Partners, un estudio global de arquitectura, urbanismo, ingeniería y diseño basado en la sostenibilidad. En un ambiente similar a una universidad compacta, ayudan a que el estudio afronte una amplia gama de proyectos, con una premisa «el diseño es el corazón del estudio». El grupo J. Safra, que emplea a unas 31.000 personas, está formado por bancos privados y participaciones en sectores de negocios basados en activos en el sector inmobiliario y agroindustrial. The Gherkin es una de sus propiedades.
@angelaGonzaloM
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