Premios OMT a empresas comprometidas con la sostenibilidad

Durante la Feria Internacional de Turismo, Fitur, celebrada estos en Madrid, se ha lanzado el año internacional del turismo sostenible, y se han otorgado los premios que concede anualmente la OMT a diferentes proyectos que buscan un equilibrio entre la ganancias que requiere cualquier negocio y el respeto al medio ambiente y la creación de empleo de las zonas turísticas.

La cadena española de hoteles, Ilunion, ha obtenido el galardón de empresas éticas. De los 32.000 trabajadores que tiene esta empresa, en la que colabora directamente la Fundación ONCE, más del 35% son empleados con discapacidad y además da trabajo indirecto a otras 7.300, en lavanderías industriales, servicios integrales, contact center o soluciones tecnológicas, de los que el 80% son trabajadores con alguna discapacidad.

«Es una compañía única en el mundo, que es rentable por sí misma, no depende de ningún ayuda externa para su rentabilidad, y que compite en el sector con las grandes compañías, y grandes profesionales», señala a «Viaje a Ítaca», José Angel Preciado, director general de Ilunion hoteles. Preciado añade «nos defendemos con unas armas que quizá son más difíciles que otras, pero son mucho más gratificantes».

Otra cadena de hoteles, la belga Park Inn Radisson, han conseguido el primer premio en la categoría de empresas innovadoras, con su proyecto «Añadir color a la vida». En algunas ciudades como Bruselas, Oslo, Tallín, Malmö, Londres o Cracovia sus hoteles trabajan con jóvenes en situación de riesgo pintando murales o incorporándolos a sus puestos de trabajo.

En esta misma categoría quedó finalista la red italiana Ecobnb, que centra sus objetivos en el turismo de naturaleza. Además los socios de esta red pusieron sus establecimientos de forma gratuita a disposición de las personas que habían perdido sus casas en los terremotos de Amatrice.

El programa Portugal 4.0 fue finalista con una apuesta por la innovación tecnológica en este sector.  Luis Araujo, presidente de turismo Portugal. explica que «este proyecto quiere acercar cada vez más a la economía portuguesa,  y al sector del turismo en concreto, a lo digital. No solo las empresas tradicionales, sino las nuevas startups, que éstas puedan trabajar en red para promocionar cada vez mejor Portugal y lleguen a participar en más redes de distribución para que expliquen que se puede encontrar en nuestro país».  En Portugal la innovación en el sector turístico, ha supuesto un incremento del 10% del número de turistas, y un 16% de ingresos, además de crear unos 45.000 puestos de trabajo directos e indirectos, la mayoría liderados por emprendedores. «En suma, añade Araujo, que estén más cerca de la información y acerquen de forma más rápida el destino, con el cliente final».

El otro ganador europeo fue el proyecto Carmacal carbon calculator for travel packages de la Asociación holandesa de Agentes de Viaje y Tour Operadores, hasta ahora el único que ha conseguido calcular las emisiones de carbono no solo en el sector aéreo, sino en más de medio millón de alojamientos en todo el mundo. Así los tour operadores pueden ofrecer a sus clientes paquetes turísticos con esa información, además de controlar la emisión de contaminantes.

Entre los doce finalistas seleccionados de 139 candidatos de 55 países estaban dos propuestas españolas, la del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat·tur) que optaba al premio a la Excelencia y la Innovación en Turismo. Un centro concebido como una plataforma de encuentro de todos los agentes del sector turístico y que representa uno de los ejes principales en la mejora de la competitividad y sostenibilidad del modelo turístico de la Comunitat Valenciana, a través del desarrollo de proyectos de I+D+i y de la adaptación a las nuevas tendencias del mercado turístico. El otro finalista fue la Enciclopedia del Turismo, potenciada por la Fundación española Ulises.

Latinoamérica analiza su calidad turística

Latinoamérica también ha presentado proyectos interesantes como el de Guanajuato, gran vencedora de los premios, con un proyecto de “México Sostenible”, que consiste en un observatorio turístico en el que se analiza como repercute la presencia de turistas en este estado mexicano. El secretario de Turismo, Fernando Olivera Rocha destaca el papel de este organismo como  «el responsable de administrar la información y la estadística de la actividad turística en ese estado, a lo que hay que añadir la investigación y los proyectos de carácter sostenible. Llevamos siete años desde su creación y ha administrado semana a semana,   el comportamiento de la actividad turística de nuestra zona».

En la República Dominicana, la Fundación Tropicalia vió unas grandes posibilidades turísticas en la región de Miches, una zona pobre a tan solo 100 kilómetros de las playas de Punta Cana, adonde cada año llegan unos dos millones de turistas. Hace 8 años decidió invertir en el desarrollo turístico de este vergel. Tuvo que implicar a la población autóctona para que descubriera las grandes posibilidades que tenían para obtener más ingresos, como detalla SofíaPerazzo, Directora ejecutiva de la fundación que nos explica que «estamos apoyando a microempresarios que producen servicios básicos en la comunidad, para que el mismo michero decida por sí mismo como va a desarrollar su futuro, y aproveche las oportunidades que lleguen, porque tiene las herramientas para hacerlo». A lo largo de estos ocho años han desarrollado múltiples proyectos alrededor de cuatro áreas principales: medioambiente, apoyo socio-cultural, productividad y educación.

Costa Rica ha sido el primer país que ha utilizado el Indice del Progreso Social, para contabilizar como se traslada a los ciudadanos y empresas los beneficios del turismo, y como lo perciben las personas que viven en esas regiones. Mauricio Ventura, ministro de turismo costarricense, nos dice que «sirve para ver como el desarrollo económico y la riqueza se transforma verdaderamente en beneficio social,  porque esa medición nos da una plataforma para continuar midiendo periódicamente estas comunidades y ver como el progreso va llegando efectivamente a las comunidades locales. Nada gana un país con tener riqueza económica sino transforma esa riqueza en beneficio para sus comunidades» .

La sosteniblidad en el turismo se ha convertido en un «nuevo estándar de calidad turística». La responsabilidad que deben asumir el viajero, la industria, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y la Administración pública es clave para conseguir que el turismo sostenible «sea una realidad». La revolución debe iniciarse de manera individual y cada consumidor debe exigirlo.  A partir de ahí, las empresas tienen que adaptarse y la Administración debe regular. Estas son algunas de las conclusiones que se han presentado en el inicio del año internacional del turismo sostenible.